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Los míticos faros de la Patagonia, aquellos guardianes eternos de las costas australes

Los faros de la Patagonia tienen una mágica única, ya sea por sus historias y leyendas, así como también por el marco natural en el cual se encuentran ubicados. Son testigos privilegiados de la belleza de las costas patagónicas y representan algunas de las postales más bellas del sur argentino

Historias de la Patagonia 02 de mayo de 2021 Bruno Sabella
Faro de Cabo Vírgenes 2

Los faros poseen una magia única, muchas veces difícil de explicar con palabras. Y los faros patagónicos aún más. Es difícil no admirarse de la belleza de muchos de ellos. Son testigos privilegiados del mar y de sus historias, así como también han sido un punto de referencia, una luz confiable y segura en las noches oscuras para los marineros y exploradores, que a lo largo de la historia navegaron las aguas del “fin del mundo.” Existen pocos elementos tan literarios como un faro. Los faros esconden muchas historias, así como también mitos y leyendas. 

Si bien hoy en día, muchos de ellos están en desuso, ya que el avance de la tecnología satelital hizo que los faros funcionen solos y, por ende, quedando la profesión del torrero casi extinguida. En la actualidad, muchos de los faros patagónicos funcionan con paneles solares. Sin embargo, para muchos de nosotros, los míticos faros del sur argentino aún conservan esa magia que los hace tan especiales. 

Según la Real Academia Española, “faro”, proviene del griego pháros “isla cercana al puerto de Alejandría”, en la que se construyó el más famoso faro de la Antigüedad. En la definición actual hace referencia a “una torre alta en las costas, con luz en su parte posterior, para que durante la noche sirva de señal a los navegantes.” Sin embargo, al hablar de los faros patagónicos, nos introducimos en un sinfín de historias y mitos, y es aquí donde la definición actual no es suficiente para referirnos a los faros ubicados en el último confín de la tierra. Porque la Patagonia en si misma tiene magia. Y, por ende, sus faros también. 

En la actualidad existen 64 faros ubicados a lo largo de los 4.725 kilómetros de costa argentina, desde Buenos Aires hasta la austral Tierra del Fuego, siendo los más célebres aquellos ubicados en la Patagonia. Seguramente el más famoso de todos sea el llamado “faro del fin del mundo”, ubicado en las aguas del Canal Beagle en Ushuaia.

Foto1

El verdadero nombre del faro en realidad es “Les Eclaireurs”, levantado en 1920 y llamado igual que la isla donde está emplazado, bautizada por el capitán de fragata francés Luis Fernando Martial, quien navegó el canal entre 1882 y 1883. Constituye la postal por excelencia de la ciudad de Ushuaia y es visitado por miles de turistas de todo el mundo, ya que forma parte del circuito de las navegaciones clásicas por el canal Beagle. 

Sin embargo, el verdadero “faro del fin del mundo”, al que hace referencia la célebre novela de Julio Verne de 1902, se encuentra ubicado en la Isla de los Estados, a unos 300 kilómetros de Ushuaia.

Faro-sa juan del salvamento

Es el faro San Juan Salvamento, el más antiguo del país, inaugurado el 25 de mayo de 1884. Estuvo en funcionamiento hasta el 10 de octubre de 1902. Fue dado de baja 18 años más tarde y reemplazado por el Faro de Año Nuevo, ubicado en la cercana isla Observatorio. Con el pasar del tiempo, el famoso faro San Juan de Salvamento fue quedando en el olvido y cayó en el abandono. En 1998 un grupo de franceses, a cargo de André Bronner, descubrió las ruinas del lugar y lo renovó por completo, junto con la colaboración también del Servicio de Hidrografía Naval. Hoy existe una réplica exacta en el mismo lugar, la cual funciona con paneles solares. Ya no hay fareros y las lámparas son automáticas. Si bien hoy en día existen otros faros más australes, como por ejemplo aquel ubicado en el Cabo de Hornos, el faro San Juan Salvamento seguirá siendo el “faro del fin del mundo”, inmortalizado por Julio Verne, quien curiosamente nunca visitó estas latitudes lejanas, pero que se imaginó como sería aquel faro ubicado en el último confín del planeta. 

Uno de los faros más bellos de la Patagonia se encuentra en la provincia de Santa Cruz, se lo conoce como el faro de Cabo Blanco, a 88 kilómetros al norte de Puerto Deseado. El imponente paisaje parece salido de un sueño. Rodeadas de un mar azul embravecido, tres gigantescas masas rocosas se unen a tierra por un itsmo de arena y canto rodado que contiene un puerto natural. Arriba, sobre la roca más alta está el faro y la casa de los torreros. 

Faro de Cabo Blanco 2

A sus pies existió un pueblo de 200 habitantes, del cual hoy solo podemos ver su pequeño cementerio. Aquí no hay electricidad, ni señal de celular o wifi, igual que hace más de un milenio, cuando lo avistó el legendario navegante portugués Hernando de Magallanes, el adelantado. Es uno de los faros más aislados de todo el territorio nacional, el mismo está ubicado en línea recta a sólo 535 kilómetros de las islas Malvinas. Esta reserva natural de fauna marina alberga un faro que comenzó a funcionar el 20 de octubre de 1917. Actualmente los fareros se turnan cada veinte días, la función principal es llevar a cabo el mantenimiento del faro, que se alimenta con baterías solares. 

faro Beauvoir

El faro Beauvoir, ubicado en Puerto Deseado, tiene la particularidad de estar dentro de la ciudad. Curiosamente, fue instalado dentro de la iglesia Nuestra Señora de la Guardia. Fue inaugurado en 1980, siendo uno faro relativamente “moderno”, comparado con otros faros de la Patagonia. Se caracteriza por ser un faro giratorio conectado a la red de electricidad urbana de la iglesia y cuyo alcance es de 19 millas (30 km.) La altura de la torre es de 29 metros. Lleva su nombre en homenaje y recuerdo del padre José María Beauvoir, párroco de la iglesia donde se emplazó. Gran estudioso de las culturas patagónicas, en 1892 Beauvoir recorrió a caballo la Isla Grande de Tierra del Fuego y, en 1915, publicó el diccionario Ona y el diccionario Tehuelche. 

Faro de Isla Pinguino

Otro de los faros más característicos del sur argentino, también ubicado en Santa Cruz, está abandonado en la isla Pingüino, a 20 kilómetros al sudeste de la ciudad. La isla se caracteriza por ser una reserva natural con miles de aves, siendo la colonia del colorido pingüino penacho amarillo la más destacada y la única colonia que existe en Argentina de esta especie. La historia de la isla Pingüino se remonta al año 1578, cuando el famoso pirata Francis Drake arribó a sus costas para aprovisionarse de carne de grasa, huevos y carne de pingüino. 

Desde mediados del siglo XIX los barcos balleneros provenientes de Europa y Norteamérica llenaban barriles enteros con los huevos de pingüino, así como también sacaban su carne para consumirla en los viajes. El faro de la isla Pingüino data del año 1910 y mide 21,85 metros de alto. Al pie se encuentra la casa abandonada del farero, quien alimentaba con kerosén el sistema lumínico. Con el correr de los años, el faro fue quedando en desuso. En 1924 comenzó a funcionar con gas acetileno y en 1983 con paneles fotovoltaicos, hasta que finalmente después fue abandonado. 

Faro de Cabo Vírgenes 2

Al hablar de los faros santacruceños, no podemos dejar de mencionar al mítico faro de Cabo Vírgenes, el cual está ubicado en el kilómetro cero de la Ruta 40, en el extremo sur continental de la Argentina. El faro tiene 26, 5 metros de altura y se construyó en 1904. En la actualidad el faro todavía funciona. Su nombre proviene de Hernando de Magallanes, quien lo denominó de esta manera. La razón se debe a que las naves llegaron a esa remota punta del mapa un 21 de octubre, día elegido por el santoral católico para conmemorar el martirio de Santa Ursula, y las vírgenes que la acompañaban. Cabo Vírgenes es una postal muy característica y representativa de la Patagonia, la cual nos permite imaginarnos a estas tierras lejanas en la Antigüedad. 

Faro de Punta Delgada

En las costas de la provincia de Chubut, en la reserva natural de Punta Delgada, se encuentra uno de los faros más históricos del país. En la actualidad, el faro de Punta Delgada es un establecimiento turístico ubicado en el norte de la provincia de Chubut, a 70 kilómetros de la localidad de Puerto Pirámides. Punta Delgada se localiza el departamento de Biedma, sobre el golfo Nuevo dentro de la Península Valdés. El control del área, que abarca unas 500 hectáreas, estuvo administrado por la armada nacional, hasta que recientemente en el año 2019, la provincia de Chubut recuperó su control nuevamente.  

La Armada Argentina estuvo a cargo de construir el histórico faro de Punta Delgada, el cual se comenzó a construir en septiembre de 1904 y fue puesto en servicio en el año 1905.  El faro fue sede del Correo Argentino, en aquel entonces cualquier navegante podía recibir y enviar cartas en este confín de la Patagonia. Dentro del faro también se instruía a los futuros fareros que se trasladaban a las costas del mar argentino. Los tiempos han cambiado y también el destino del faro. Hoy en día se encuentra en proceso de modernización, ya que la provincia está trabajando en un sistema electrónico, similar a los que se utilizan en los aeropuertos, aunque en este caso adaptado a la navegación marítima.

faro punta leones

Otro de los faros más característicos de Chubut, es el faro de Punta Leones. Es uno de los más antiguos del sur argentino y fue declarado Patrimonio Cultural Argentino. Isla Leones se ubica a 150 kilómetros al noroeste de la ciudad de Comodoro Rivadavia. La isla en la que se asienta se halla en la boca norte del Golfo San Jorge que se halla deshabitada. Forma parte de un pequeño archipiélago junto con la isla Península Lanaud, el islote Rojo, así como otros islotes y rocas menores. El faro de Punta Leones se puso en funcionamiento en 1917, sin embargo, fue abandonado en 1968 y luego reemplazado por el faro San Gregorio, a 3 kilómetros de distancia en tierra firme. En 2017, a 100 años de su nacimiento, se presentó un proyecto para refaccionarlo y ponerlo en valor.  

Los faros de la Patagonia tienen una mágica única, ya sea por sus historias y leyendas, así como también por el sublime marco natural en el cual se encuentran ubicados. Son testigos privilegiados de la belleza de las costas patagónicas y representan algunas de las postales más bellas del sur argentino. Al viajar por la Patagonia, es posible visitar y conocer muchos de sus míticos faros, aquellos guardianes eternos de las costas, que allí seguirán estando, con su luz, guiando a quienes navegan por las aguas del “fin del mundo.” 

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