

Los desafíos de un superministro: Ajustar el gasto, acumular reservas y empezar a desactivar la bomba monetaria
Opinión 31 de julio de 2022 Anibal Rachid

En un escenario casi inédito en el país, Sergio Massa llega a sus deseado superministerio con desafíos urgentes como ajustar el gasto público, acumular reservas y desactivar una bomba monetaria sin precedentes.
Para ello tendrá casi la suma de los espacios de poder clave del Gabinete Nacional, y sólo le faltaría colocar a un hombre de su confianza en la Cancillería que actualmente dirige Santiago Cafiero y a otro al frente del Banco Central que hasta hoy conduce Miguel Pesse.
Si bien, antes de asumir, el mercado lo recibió con buena sintonía, con baja de los dólares blue y financieros, caída del riesgo país y alzas en la cotización de bonos soberanos, no deja de ser un veranito que seguramente durará, se sostendrá o se agudizará en función de las medidas que este dispuesto a tomar.
El crédito otorgado por "el mercado" está abierto, pero el margen de error tiende a cero, en una Argentina plagada de desequilibrios que se fueron agudizando durante la gestión de Alberto Fernández.
El miércoles próximo Massa planea anunciar sus primeras medidas, y ya se especula con que daría un incentivo para que el campo liquide en agosto la mayor parte de su cosecha, que representaría un piso de ingreso de divisas no menor a US$ 10.000 millones de dólares.
Con esa espalda, el nuevo superministro podría encarar un ajuste del tipo de cambio controlado en septiembre, que acerque más la depreciación del peso a los niveles de la inflación.
Pero una de las claves de las medidas están vinculado con el recorte de gastos.
¿Tomará Massa como ejemplo al israelí Shimon Peres, quien logró bajar la inflación del 400% al 20% anual en pocos meses a partir de un súper recorte de las cuentas públicas?
Respaldo político, hasta el momento, tiene para hacerlo. Y desde ya una decisión de esas características debería contar con un espaldarazo de "los mercados".
La duda es, si el equipo que asesora a Massa, tiene entre sus objetivos la poda del gasto público descomunal que la Argentina tiene a nivel Nación, Provincias y Municipios.
En materia de recortes, Massa deberá dar una señal contundente con las tarifas de servicios de luz y gas.
La misma sería una oportunidad única para dar por terminado el programa al que llevó Cristina Kirchner durante su presidencia, donde además de otorgar jubilaciones y pensiones, obsequió la calefacción y la electricidad a muchísimos argentinos que podrían haberla pagado, los cuales llevaban un nivel de vida y gastos que se contraponía con aquello de la igualdad de oportunidades.
Así, uno de los focos de atención de los mercados está puesto sobre las áreas de energía.
Por ello, un desplazamiento de algunos funcionarios de Energía, el Enargás el Enre, todas áreas en manos de gente de la vicepresidenta, sería bien visto por quienes esperan un recorte del gasto en serio, o por lo menos así lo reflejan las opiniones de gran parte de la ciudadanía y no pocos dirigentes, no solo del oficialismo, sino también del resto de las fuerzas políticas que ven, no sin sonrojarse, que la mayoría de "las cajas" del estado son "controladas" por el sector de "La Campora".
La mega movida en el Gabinete recibió el aval de los gobernadores, pero habrá que ver si ese apoyo se sostiene cuando se les pida a los caciques provinciales que recorten sus abultadas cuentas, sobre todo en provincias como Misiones, Chaco, Santiago del Estero o Santa Cruz, que forman parte del imperio del empleo público.
Los mismo ocurre en el conurbano bonaerense, donde los nuevos caciques de La Cámpora se manejan en forma discrecional con el presupuesto, apelando a la plata fácil.
Será clave también observar en qué lugar dejan "los mercados" a Alberto Fernández, un presidente limitado primero por su vice y, ahora, por su aliado en la coalición de gobierno.
En la Casa Rosada consideran que si la jugada de Massa sale bien beneficiará a todos en la coalición, pero las decisiones que necesariamente debería tomar, contarán con la " aprobación y el beneplácito" de la vicepresidente Cristina Fernández ?.
A todo esto, no hay que dejar de tener en cuenta que la imagen negativa de las "cabezas" gobernantes, Alberto, Cristina y Massa, según la mayoría de las encuestas, ronda el 70 por ciento.
Por eso, no alcanzará con despejar el ruido político. Habrá que mostrar resultados concretos en baja de la inflación, recorte del gasto, disminución de la pobreza y reactivación de la economía.
Por ello, las siguientes señales deberían ser una definición sobre el tipo de cambio y el cepo, ya que las reservas están agotadas y hay que obtener dólares de alguna forma. Y la otra señal debe ser la fiscal, ya que reducirla es la madre de todas las batallas, por lo que debería haber un programa fiscal bastante sólido para poder concretar los ajustes que hay que hacer".
No hay que dejar de tener en cuenta que cualquier programa de estabilización cambiaria "necesita dólares sí o sí", y dólares no hay, el BCRA esta "rascando la olla".
Hoy, el cepo vigente, es un instrumento que está "agotadísimo", porque "hay inflación como si se lo estuviera eliminando, pero sin los beneficios de hacer eso".
"A muy corto plazo, no queda otra que mantenerlo, pero a corto o mediano plazo hay que pensar cómo salir.
Hay que fijar un límite de tiempo, porque el cepo hace perder reservas"
Que pasa con la "confianza"
A todo esto se suma la confianza, no solo del ciudadano de a pie, sino también la de "los mercados" y de los propios funcionarios que vieron que los "cambios", ya suman, un ministro cada 60 días y 17 los "eyectados" desde que comenzó la gestión presidencial y fundamentalmente por "las formas en que se efectivizaron",
Los mismos respondieron a "una presión", no solo epistolar por parte de la vicepresidenta, sino también por por dejar sin base de sustentación a todos los funcionarios que pertenecían al entorno presidencial inmediato .
En un repaso de estas modificaciones, la primera en renunciar a poco de comenzar el mandato de Alberto Fernández fue María Eugenia Bielsa en el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat y en su lugar asumió Jorge Ferraresi.
Meses después ocurrió en el Ministerio de Salud, donde Ginés González García tuvo que abandonar el puesto a raíz del vacunatorio VIP, dejandole la cartera a la actual Carla Vizzotti.
Luego fue el turno de Marcela Losardo, (la socia y amiga del presidente) en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, donde la misma decidió demitir el 18 de marzo del 2021 y en su lugar asumió Martín Soria, quien se mantiene hasta el día de hoy.
A los días Mario Meoni, por entonces ministro de Transporte, fallecia en un accidente de tránsito y su lugar lo pasaba a ocupar Alexis Guerrera.
En agosto de ese mismo año se efectuó otro par de cambios. En primer lugar Agustín Rossi abandonó el Ministerio de Defensa para que Jorge Taiana lo reemplace y en Desarrollo Social llegó Juan Zabaleta en lugar de Daniel Arroyo.
También Septiembre del 2021 también fue otro mes de fuertes alteraciones. Se produjo la salida de Santiago Cafiero por Juan Manzur (Jefatura de Gabinete), Felipe Solá por el mencionado Cafiero (Relaciones Exteriores y Culto), Luis Basterra por Julián Domínguez (Agricultura, Ganadería y Pesca), Nicolás Trotta por Jaime Perczyk (Educación), Roberto Salvarezza por Daniel Filmus (Ciencia, Tecnología e Innovación) y Sabina Frederic por Aníbal Fernández (Seguridad).
En este año, Matías Kulfas se fue del Ministerio de Desarrollo Productivo tras denunciar irregularidades en las licitaciones del Gasoducto Néstor Kirchner. Su lugar se lo dieron Daniel Scioli, un hombre de confianza de Alberto Fernández, trajeron desde la Embajada en Brasil y quien hoy regresa nuevamente al país vecino, en un "enroque" que deja muy mal parado, pero bien remunerado con U$D 15.000 dólares mensuales . Un mes después se dio otro duro golpe para el presidente que sufría la salida de Martín Guzmán en el Ministerio de Economía y asumía Silvina Batakis, quizás como última opción, ya que nadie quería tomar "una papa caliente" .
Y llegando a la actualidad, la renuncia presentada en un papel de puño y letra por Gustavo Beliz, que junto a su firma sostuvo un "ue Dios los ampare", como visión de un futuro incierto y sobre todo de parte de un "hombre puro de Alberto".
Finalmente se oficializó un triple cambio en el Gobierno nacional. Se unificaron los ministerios de Economía (Batakis), Desarrollo Productivo (Scioli) y Agricultura, Ganadería y Pesca (Domínguez) para pasar a llamarse Economía, Producción y Agricultura al mando de Sergio Massa, quien hasta ahora se desempeñaba como titular de la Cámara de Diputados.
Analizando esta trama desde el punto de vista diplomático e institucional, "un bochorno", totalmente alejado de "las formas", pero acuciados por la situación de descontrol y "los vetos impuestos" por una parte de la coalición gobernante, la cual y a partir del lunes verá "su futuro" directamente ligado a la dependencia de un Poder Judicial, que enfrenta uno de los casos "más emblemáticos" de los últimos tiempos, en donde las decisiones que el mismo tome, tendrán como contra respuesta, la demostración del poder de una vicepresidenta, que seguramente tiene muy claro un principio básico y elemental de la física, pero que no deja de ser parte del poder, como es "el principio de acción y reacción", Este principio afirma que todo cuerpo A que ejerce una fuerza sobre un cuerpo B, experimenta una reacción de igual intensidad pero en sentido contrario...
Será ?...Lo veremos en el próximo capitulo, que al mejor estilo Netflix alarga sus temporadas, pero teniendo en cuenta que la situación del país es critica y donde la rúbrica de los actos de gobierno, no solo necesita de "una lapicera", sino también que la misma "tenga tinta"...
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