Economía argentina. Una semana en la montaña rusa

Actualidad03/08/2025
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(Por Hernán Letcher*).- El tipo de cambio tuvo, en la última semana, un capítulo especial. En el intento por aplacar las tensiones cambiarias, el gobierno puso toda la carne en el asador: el BCRA operó en futuros durante los últimos quince días, apuntaló la estrategia con tasas altísimas en la última licitación y terminó la semana con aumento de encajes fuera de agenda. De todas formas, el dólar mayorista cerró la semana en $1.364.

Desde el desprolijo desarme de las LEFI (instrumento de deuda del Tesoro de suscripción y rescate diario), el comportamiento errático del gobierno agregó un componente de tensión al frente cambiario, talón de Aquiles del modelo. El problema, claro está, no es sólo monetario/cambiario, sino también de actividad. Repasemos la semana.

Intervenir en futuros no alcanzó

El mecanismo del BCRA para contener el dólar venía siendo la intervención en futuros: sólo durante julio se estima que abrió posiciones por al menos USD 3.650 millones. Pero hacia el final de la semana anterior, a pesar de que el BCRA vendía futuros a 30% TNA, las tasas de corto plazo se mantuvieron a la baja y el dólar al alza, en la zona de $1270. Es decir, quedó a la vista los límites de dicha herramienta en el contexto actual. Por eso Santiago Bausilli, presidente del BCRA, pasó de decir el día jueves 24 que “el mercado se había ordenado solo”, a intervenir en REPO a una tasa superior al 40% TNA el día viernes 25. Podríamos decir, un anticipo del resultado de la licitación de esta semana, con tasas elevadas por temor a la suba del dólar.

Endógena hasta que presiona al dólar

El martes pasado vencían $11,8 billones. Se daba por descontado que los bancos no renovarían $1,5 billones por la exigencia adicional de encaje y algo más “por si acaso”, para administrar mejor la liquidez (los bancos tomaron nota de la volatilidad de las tasas entre el 10 de julio y hasta la licitación). Por eso la licitación refinanció sólo el 76,3%, incrementando la Base Monetaria en unos $2,8 billones. A groso modo, quedaron no menos de $1,3 billones líquidos, que el gobierno minimizó. Para captar el monto la colocación tuvo dos características:

el grueso ($6,2 billones) se orientó a títulos con plazos restantes más cortos (entre 15 y 30 días)
ofreció tasas muy elevadas: según el corte fijado por el Tesoro rendirán 4,28% y 4,02% Efectivo Mensual (hace sólo 15 días, había pagado 3,27% y 3,10% para plazos equivalentes).
Es inevitable hacer el cálculo: contra el último dato de inflación de 1,6%, implica una tasa real insostenible y un claro objetivo del gobierno de contención del dólar. Pero esto no es todo: como mencioné anteriormente, el dólar estuvo “contenido” por la alevosa intervención del BCRA en futuros que dio la posibilidad a arbitrajes y al armado de sintéticos con letras del Tesoro. Este último ofreció a 28 días, 4,02% TEM, mientras que el BCRA vendió dólar futuro a menos de 2,5% TEM para el mismo plazo, garantizando oportunidades de sintéticos (posicionarse en tasa fija con un dólar garantizado a menor TNA) con una doble presión, con futuro a la baja y con tasa alta.

En otro momento el gobierno habría festejado el punto Anker, es decir, la renovación parcial de vencimientos como resultado de la decisión de bancos comerciales de privilegiar préstamos (“actuar de bancos”) por el incremento de la demanda de dinero. Pero en estas circunstancias resulta poco prudente: la demanda de dinero se estancó y la tasa tiende a consolidarse en un piso mas alto. Incluso con el tipo de cambio llegando a los $1.315, el gobierno elige contener el dólar, relegando la actividad. Las tasas de descuento de cheques alcanzaron esta semana 57%. Y los cheques rechazados se mantienen en niveles récord.

El crítico día jueves

El volumen de intervenciones mencionado abrió la puerta a una jugada de los bancos que, el día jueves, eligieron correrse de la oferta de dólar oficial para aprovechar la sobreexposición vendedora del BCRA y ganar con la suba del tipo de cambio que habían comprado por debajo del valor oficial producto de la intervención. Un movimiento esperable dada la magnitud de contratos abiertos por el BCRA. Peor aún, la misma emisión de los contratos de futuros otorgaba liquidez para realizar dicha operación (la diferencia diaria a cubrir el jueves fue de cerca de $220.000 millones).

La respuesta del gobierno fue en un streaming: tanto Milei como Caputo y Bausilli repitieron que “el tipo de cambio flota, puede subir y puede bajar…no hay ninguna intervención, no sé por qué nos reclaman a nosotros” y que la “tasa es endógena porque la fija el mercado, pero nosotros somos parte del mercado”, intentando ocultar el fracaso del uso de los futuros y la tasa durante los últimos días. En concreto, y con la divisa en $1.375, el único anuncio fue una nueva suba de encajes, esta vez sin previo aviso y desde el día siguiente (1/8). Pero el nivel de encajes anunciados aplica sobre saldos tomados en julio por lo que presiona aun mas sobre los pesos existentes ¿Afectará la tasa? Lo que queda en evidencia, de todas formas, es el terror del gobierno a una disparada del dólar. Podríamos decir que “todo, antes que la suba del dólar”, aunque esta semana no les haya resultado.

Para adelante el escenario no mejora. La licitación de esta semana fue la más abultada hasta la fecha, concentrando el 98% de su colocación con plazo inferior a 90 días. El gobierno elige exponerse a pagar un costo de refinanciamiento altísimo engrosando la bola de nieve mes a mes con tal de no dejar el dólar estabilizarse en un valor más alto apostando a que el resultado electoral le permita volver a estirar plazos. El riesgo latente es la posibilidad de un constante acotamiento de los plazos y que, más cerca de la elección, el mercado no quiera renovar estos títulos y fuerce a desandar la desindexación de la deuda del último tiempo o a liberar los pesos acumulados en el Tesoro por giro de utilidades y colocaciones previas.

El impacto en la economía real

Lo enunciado anteriormente puede sonar lejano para la gente de a pie. Pero tiene impactos en dos aspectos sensible de la vida cotidiana: inflación y actividad (empleo). En materia de precios, el salto de tipo de cambio empieza a mostrar tensiones de precios al alza, a pesar incluso de la caída del consumo. Respecto a la actividad, los datos de la última semana son elocuentes:

Textiliana (Mauro Sergio): despidió trabajadores por caída de ventas.
Kevenue (Siempre Libre): cierre en Pilar, despido de casi todos sus empleados.
Frigorífico Livorno: suspensión de 19 empleados por parálisis total de la planta.
Frigorífico San Telmo: despidió 56 trabajadores de los 108 que tenía.
NRG (arena para Vaca Muerta): 35 depidos. Acumula 640 desde 11/24.
DASS (Adidas, Fila, Nike): 164 despidos, de 470 en total.
Astra Evangelista: 40 despidos. Para reincorporarlos, exige una rebaja salarial de hasta el 50%.
Cierre de Hotel Provincial y Posta del Sol (Paraná), Costa Dorada y Rivera (La Paz), El Molino (Victoria) y próximamente el Hotel Sanguinetti. Más de 50 despedidos.
Agrofina (Los Grobo): cerró sus plantas en Zarate. 70 despidos.
Papelera del Sur (única productora de cartulina): funciona solo 15 días al mes y aplica suspensiones con reducción salarial del 30%.
TN Platex – COTECA: suspendió por 30 días a 80 operarios con salarios al 75%.
Récord de turismo emisivo: 7.350.000 salidas en el primer semestre y peor saldo entre turismo emisivo y receptivo (-4.655.042).

Toda marcha acorde al plan.

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