
Tierra del Fuego: Ejercicio militar “Tridente”: cooperación estratégica, controversia legal y tensiones geopolíticas
Tierra del Fuego01/10/2025 Dihcar Labina




Entre el lunes 20 de octubre y el sábado 15 de noviembre de 2025, se desarrollará en territorio argentino el ejercicio militar conjunto “Tridente”, una operación combinada entre las Fuerzas Armadas de Argentina y Estados Unidos que tendrá como epicentro las bases navales de Ushuaia, Mar del Plata y Puerto Belgrano.


El despliegue, autorizado por el presidente Javier Milei mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 697/2025, ha generado un intenso debate político, jurídico y estratégico en torno a la soberanía nacional, la legalidad del procedimiento y las implicancias geopolíticas de la presencia militar estadounidense en el extremo sur del continente.
Un operativo de alto perfil en el extremo austral
El ejercicio “Tridente” contempla la participación de tropas especializadas de ambos países, incluyendo comandos anfibios, buzos tácticos, patrulleros navales, helicópteros y unidades de guerra especial. En el caso de Estados Unidos, se confirmó la presencia de hasta 30 efectivos de la Navy SEALs, mientras que Argentina desplegará más de 150 integrantes de la Armada en distintas capacidades operativas.
Las maniobras se desarrollarán tanto en espacios marítimos como terrestres, con énfasis en la interoperabilidad, el entrenamiento conjunto y la estandarización de procedimientos operativos. Según el decreto presidencial, el objetivo es “fortalecer las capacidades nacionales en escenarios de crisis, consolidar alianzas internacionales y mejorar la reputación de Argentina como socio estratégico en el ámbito de la seguridad regional”.
Sustentación legal: ¿una maniobra constitucional o una violación institucional?
La autorización del ejercicio se formalizó mediante el DNU 697/2025, publicado el 30 de septiembre en el Boletín Oficial. El decreto habilita el ingreso de tropas extranjeras sin la aprobación previa del Congreso, lo que ha sido duramente cuestionado por sectores de la oposición y especialistas en derecho constitucional. El artículo 75 inciso 28 de la Constitución Nacional establece que el ingreso de fuerzas extranjeras al territorio argentino debe contar con la autorización legislativa, lo que en este caso no ocurrió.
El Ejecutivo justificó la medida alegando “la naturaleza excepcional del contexto” y la necesidad de cumplir con compromisos internacionales asumidos por el país. En paralelo, se envió un proyecto de ley al Congreso para regular la entrada y salida de tropas extranjeras, pero ante la falta de tratamiento legislativo, se optó por avanzar por decreto. La Comisión Bicameral Permanente del Parlamento deberá pronunciarse sobre la validez del DNU en los próximos días.
Tierra del Fuego: enclave estratégico y puerta a la Antártida
La elección de Ushuaia como uno de los puntos neurálgicos del ejercicio “Tridente” no es casual. Tierra del Fuego representa un enclave geopolítico de altísima relevancia por su proximidad a la Antártida, su control sobre el paso bioceánico y su cercanía a las Islas Malvinas, ocupadas por el Reino Unido desde 1833. La presencia de tropas estadounidenses en esta región ha despertado suspicacias sobre posibles intereses extrapolíticos vinculados al control de recursos naturales, rutas marítimas y posicionamiento estratégico en el Atlántico Sur.
Desde sectores académicos y militares, se advierte que la cooperación con Estados Unidos podría implicar una mayor dependencia doctrinal y operativa, así como una alineación automática con los intereses de Washington en la región. “La interoperabilidad no es neutral. Cuando se estandarizan procedimientos, también se estandarizan prioridades geopolíticas”, señala el analista internacional Gustavo Pereyra, especialista en defensa y seguridad hemisférica.
¿Cooperación o subordinación?
El gobierno argentino ha defendido el ejercicio como parte del Plan Anual de Ejercicios Combinados, enmarcado en acuerdos bilaterales de cooperación militar. En ese sentido, se argumenta que “Tridente” permitirá mejorar la preparación ante escenarios de crisis, como catástrofes naturales, amenazas híbridas o conflictos regionales. Además, se destaca que la participación en este tipo de maniobras facilita la integración en operaciones multinacionales y refuerza el posicionamiento de Argentina como actor confiable en el sistema internacional.
Sin embargo, críticos del operativo advierten que la presencia de tropas extranjeras en suelo argentino, sin autorización legislativa, constituye un precedente peligroso. “No se trata solo de un ejercicio militar. Se trata de cómo se toman las decisiones en democracia, de quién controla el territorio y de qué intereses se priorizan”, afirma la constitucionalista María del Carmen Sosa.
Reacciones sociales y clima político
La controversia en torno al ejercicio “Tridente” ha generado movilizaciones en Ushuaia y otras ciudades fueguinas. Organizaciones sociales, sindicatos y agrupaciones políticas convocaron a marchas bajo el lema “No somos colonia”, en rechazo a la instalación de tropas extranjeras en la provincia. Según una encuesta nacional de la consultora Zuban-Córdoba, el 71.5% de los argentinos se mostró en desacuerdo con la presencia militar estadounidense en Tierra del Fuego, mientras que solo el 21% la apoyó.
En paralelo, el contexto político agrega tensión al operativo. La autorización del ejercicio se da en medio de negociaciones entre Argentina y Estados Unidos por un salvataje financiero de US$ 20.000 millones, anunciado por el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, tras una reunión entre Milei y Donald Trump. La oposición ha exigido transparencia sobre las condiciones del acuerdo, advirtiendo que “la soberanía está en juego”.
Implicancias estratégicas: ¿un nuevo paradigma de defensa?
Desde el punto de vista estratégico, “Tridente” podría marcar un punto de inflexión en la política de defensa argentina. La cooperación con Estados Unidos abre la puerta a una mayor integración en esquemas de seguridad hemisférica liderados por Washington, como el Comando Sur y las operaciones multinacionales en el Caribe y América Central. A su vez, podría implicar una redefinición del rol de las Fuerzas Armadas argentinas, orientadas tradicionalmente a la defensa territorial y la asistencia en emergencias.
La participación en ejercicios combinados también plantea desafíos en términos de autonomía tecnológica, doctrina operativa y control civil sobre las fuerzas. “La profesionalización no debe confundirse con la subordinación. Argentina necesita fortalecer sus capacidades, pero desde una perspectiva soberana y regional”, sostiene el coronel retirado Alberto Cejas, exdirector del Colegio Militar.
Conclusión: entre la cooperación y la controversia
El ejercicio militar “Tridente” representa una oportunidad para fortalecer la preparación operativa de las Fuerzas Armadas argentinas y consolidar vínculos internacionales en materia de defensa. Sin embargo, su implementación mediante un decreto presidencial, sin aval legislativo, ha encendido alarmas sobre la legalidad del procedimiento y sus implicancias para la soberanía nacional.
En Tierra del Fuego, la presencia de tropas estadounidenses se percibe como una amenaza latente al control sobre recursos estratégicos, rutas marítimas y la proyección antártica. En un contexto de crisis económica y negociaciones financieras con Washington, el operativo adquiere una dimensión política que trasciende lo estrictamente militar.
La clave estará en cómo se gestiona esta cooperación: si como una alianza entre iguales, basada en el respeto mutuo y la transparencia institucional, o como una cesión de soberanía en nombre de la urgencia. En ese dilema se juega no solo el futuro de la defensa nacional, sino también el modelo de país que Argentina quiere construir.













