





El riesgo país volvió a marcar un descenso significativo este miércoles y se ubicó en 555 puntos básicos, el nivel más bajo registrado en más de siete años. El retroceso acumulado en lo que va del mes ya alcanza los 90 puntos, un movimiento que no se veía desde julio de 2018, cuando el indicador había cerrado en 556 unidades.


El indicador elaborado por JP Morgan encadenó su segunda baja consecutiva, impulsado también por el repunte de los bonos en dólares, que iniciaron la jornada con subas superiores al 1 %. Desde el Ministerio de Economía celebraron la caída del riesgo país, destacando que se trata del nivel más bajo desde agosto de 2018, aunque los analistas del mercado advirtieron que, pese al optimismo, aún resta definir cómo afrontará el Gobierno los vencimientos de deuda de enero, que superan los US$4200 millones.
El ministro Luis Caputo confirmó que evalúa múltiples alternativas para cumplir con esos compromisos, entre ellas la utilización de swaps con China y Estados Unidos, préstamos bancarios y operaciones financieras en el mercado. Este panorama mejora las condiciones para que la Argentina vuelva a emitir deuda en el exterior, una posibilidad que el Gobierno considera clave para permitir que el Banco Central acumule reservas sin tener que destinarlas al pago de vencimientos.
Aunque Luis Caputo insistió en que busca reducir la dependencia de Wall Street y fortalecer el mercado local, es probable que durante 2026 el Gobierno avance con alguna colocación de bonos en el exterior. Empresas y provincias ya comenzaron a explorar ese camino en los últimos meses y el propio FMI reconoció que la Argentina deberá refinanciar parte de sus vencimientos en el mercado internacional.
Los analistas coinciden en que, si el riesgo país logra romper el piso de los 450 puntos, el país podría volver a colocar deuda a tasas inferiores al 10 %, un umbral considerado razonable para recuperar el acceso al crédito. No obstante, cualquier emisión en moneda extranjera requerirá el aval del Congreso, lo que abre un frente político adicional para el Gobierno que tiene meses muy turbulentos en la legislación.




























