En el corazón de la Patagonia, la producción ovina enfrenta una encrucijada que amenaza su sustentabilidad. Osvaldo Luján, presidente de la Federación de Sociedades Rurales de Chubut, expuso la compleja problemática derivada de la superpoblación de guanacos y el incremento de predadores como el zorro, el puma y el jabalí.
"Es indudable que la población de guanacos está creciendo", afirma Luján. Este fenómeno, visible a simple vista en las rutas patagónicas, repercute directamente en la disponibilidad de pasturas para las ovejas, afectando la principal actividad económica de la región. "Antes veíamos un guanaco ocasionalmente; ahora es habitual encontrarlos incluso en trayectos como Comodoro-Trelew", aseguró en diálogo con el periodista Rodrigo Mansilla, para el programa Invencibles, que se emite por FM EL CHUBUT 90.1 Mhz.
El impacto no es menor. Según estimaciones, Chubut alberga más de un millón de guanacos, mientras que en Santa Cruz la cifra podría alcanzar los dos millones y medio. Esto se traduce en una competencia directa por recursos y un aumento en la mortandad ovina.
"Hace 15 años hablábamos de un 6% de pérdida de stock; hoy superamos el 15%, incluso llegando al 20% en algunas áreas", explica.
A este problema se suma el aumento de predadores, con el jabalí expandiéndose hacia el sur de la provincia y una creciente población de zorros y pumas. "El daño es tal que en muchos establecimientos es casi imposible sostener la producción", lamenta.
El descenso del stock ovino es alarmante. "En los últimos 15 años, hemos perdido alrededor del 30%. Hoy Chubut no cuenta con más de 2,5 millones de cabezas", detalla Luján, subrayando que esta caída no solo afecta a los productores, sino también a la industria que depende de la lana y la carne, pilares económicos de la región.
El mercado internacional sigue ofreciendo oportunidades, pero Luján advierte: "Si no logramos un equilibrio entre la fauna y la producción, esta actividad podría reducirse drásticamente en varias zonas".
Para revertir la situación, Luján aboga por políticas de manejo y control de la fauna, siguiendo ejemplos internacionales. "Es fundamental establecer un plan que permita mantener la producción y garantizar la fuente laboral en el interior patagónico", concluye.
“Crece sin control”
“Son números que algunos pueden debatir, pero el impacto en los campos es innegable. La competencia directa entre guanacos y ovejas por las pasturas ha llevado a una caída alarmante en la producción ovina”, sostiene el presidente de la Federación, quien insiste en la promoción de un plan de manejo de la especie para el guanaco, y los predadores.
Esto no solo afecta a los productores, sino también a la industria lanera y cárnica, pilares económicos de la región. “En Trelew, tenemos una industria lanera que procesa casi toda la lana del país. Si no hay lana, estas industrias no podrán sostenerse”, advierte.
Además, los frigoríficos, tanto en Chubut como en Santa Cruz, dependen de una producción ovina constante. “Cada eslabón de la cadena se ve afectado, desde el productor hasta el trabajador de la planta industrial. No estamos hablando solo de números, sino de familias enteras que dependen de esta actividad”, resalta Luján.
Predadores: una amenaza creciente
El guanaco no es el único problema. Luján alerta sobre el crecimiento de la población de predadores, especialmente zorros y pumas, además del jabalí, que ha avanzado hacia el sur de la provincia. “Antes se limitaban al norte, pero ahora los jabalíes están presentes en áreas donde jamás los habíamos visto”, explica.
El daño que estos predadores causan en los rebaños es devastador. “Es habitual que un puma mate por noche a varias ovejas, muchas veces sin siquiera alimentarse de ellas. En algunos establecimientos, los ataques son tan frecuentes que resulta imposible sostener la actividad”, detalla.
Confrontación con el CONICET
En medio de esta problemática, la relación entre los productores y el CONICET se tensó. Desde el organismo salieron a cruzar informes ruralistas, alertando sobre el impacto productivo y ambiental de la sobrepoblación de guanacos en la Patagonia, profundizando la desertificación.
Según Luján, el organismo científico defiende la conservación del guanaco, restando importancia a las denuncias de los productores. “Ellos dicen que los datos que manejamos son erróneos, pero yo les pregunto: ¿quién vive en el campo y ve la realidad todos los días? Los productores son quienes enfrentan esta problemática de manera directa”, enfatiza.
“No pedimos exterminar a los guanacos ni a los predadores. Queremos políticas de manejo responsables, como las que se aplican en otros países, donde se controla la fauna para garantizar un equilibrio con la producción”, explicó.
Mercado ovino
Pese a la crisis, Luján ve potencial en el mercado ovino. “La demanda internacional existe. Tenemos un nicho pequeño, pero muy valioso. El problema es que, si no controlamos esta situación, no podremos abastecer ni siquiera esa pequeña porción del mercado”, advirtió.
La pregunta inevitable es si la producción ovina tiene futuro en Chubut. “Si seguimos así, no digo que la actividad vaya a desaparecer, pero sí va a quedar limitada a zonas específicas, como la cordillera, donde la presión de los guanacos y predadores es menor. El resto de la provincia podría quedar fuera del circuito productivo”, alertó.
Para Luján, la solución pasa por implementar un plan integral que equilibre la convivencia entre fauna y producción. “Si no actuamos ahora, estaremos dejando morir una actividad que ha sido el motor de la economía patagónica por décadas”, concluyó con preocupación.