







Si bien el común denominador gremial rionegrino es recuperar el poder adquisitivo del salario al ritmo de la inflación, no es homogénea la idea de cómo acordar las subas con el gobierno, en el marco de las paritarias que se reanudan hoy. Sí hay unidad de criterio en que ningún trabajador estatal debe quedar por debajo de la línea de la pobreza.


Ayer el INDEC marcó un 2,8% del IPC en abril e indicó que en el 2025 el acumulado es del 11,6%. Ese registro es una media nacional, ya que en la región patagónica, y en especial en Río Negro, tuvo otros números, a veces mayores. De todos modos hay consenso en manejar los números oficiales como base para el debate.
ATE llega con la idea de lograr sumas fijas. El gremio está convencido que hoy es más importante «sumar guita al bolsillo» que recuperar en porcentajes, ya que una parte se va en ítems como la jubilación o a obra social y eso impide una recuperación real. En este caso, el sindicato asegura que «todo se acomoda» en los últimos 10 años de trabajo por la Ley López, que obliga al Estado a «blanquear» el salario para la jubilación.
No es la misma convicción que tiene UnTER, que por su esquema y composición salarial sí pide porcentajes y desglosados por escalafón.
Tampoco la UPCN quiere sumas fijas. El gremio que conduce Juan Carlos Scalesi viene rechazando los «bonos» porque achica la escala salarial y desfinancia el IPROSS.















