







El panorama que trazan las autoridades del BLP refleja un escenario en el que el crédito perdió su rol tradicional de apalancar consumo durable o inversión productiva y se transformó en un salvavidas cotidiano. El endeudamiento apunta hoy más a cubrir necesidades inmediatas que a proyectar a futuro.


En un contexto de consumo retraído y cautela empresarial, el uso de las tarjetas de crédito y los préstamos personales revela cambios en los hábitos financieros de familias y pymes pampeanas. El presidente del BLP, Alexis Iviglia, confirmó que mientras el crédito para inversión está prácticamente detenido, crece el financiamiento para gastos cotidianos y de primera necesidad.
El directivo explicó que en lo individual, en las familias, la utilización de las tarjetas de crédito se da no solo como una herramienta de compra en cuatro cuotas sin interés, aprovechando alguna promoción, o 20 cuotas con algún interés, sino fundamentalmente aprovechando las promociones. "Nosotros tenemos una promoción muy fuerte en términos de, sobre todo, de alimentos, aprovechando las compras mensuales de alimentos. Hay un uso importante", señaló en CPEtv. Por otra parte, advirtió que "ya no hay ese uso, la compra de lo que nosotros llamamos un bien durable, una cuota un poco mayor. Ahí veo más prudencia".
"Del lado de las empresas, lo que nosotros llamamos la inversión, está prácticamente detenido. Y existe el crédito, la o que nosotros llamamos el capital de trabajo: la evolución, un poco más de descubierto en cuenta corriente, un poco más de negociación en cheque, porque el empresariado, independientemente de las ventas o no, tiene que seguir transaccionando, abriendo sus puertas todos los días. Eso hace que el crédito este", explicó.
—¿Cómo están los niveles de mora? -le preguntaron.
—Están por arriba de nuestro promedio de los últimos meses, todavía sin un límite que nos pueda preocupar.
—¿Se destina generalmente ese consumo en tarjetas de crédito a alimentos, bienes de primera necesidad?
—Sí, nosotros tenemos el orden de los comercios, digamos, los principales comercios en los cuales se consume y, obviamente, bueno, el rubro de alimentos. Insisto, nosotros tenemos una promoción en este momento de cuatro días de la semana, con 25.000 pesos semanales, lo cual da casi 100.000 pesos en descuentos para la compra de alimentos. Y si en ese hogar hubiera dos tarjetas de crédito, esto duplica. Bueno, entonces obviamente los rubros son los más importantes. Eso no tiene cuotas, que es un poco la razón de ser de la tarjeta de crédito. Eso es como si fuera en la tarjeta de débito: es un pago. Pero claramente eso se ha incrementado.
—En cuanto a los préstamos personales, ¿hay un análisis de para qué hoy está sacando el cliente del Banco Pampa un crédito personal?
—Hemos visto, y nos cuentan los clientes, que en general ese dinero excedente, esa nueva financiación, ese incremento, se utiliza muchas veces para saldar deuda comercial, es decir, deuda que se tiene en otras entidades, deuda que se tiene en alguna despensa, en el manejo de la vida diaria, en cuentas de la familia. Y no en lo que uno espera que sea el endeudamiento para un préstamo personal, como digo, el reemplazo de un bien durable de la casa, cambiar el auto, alguna red. Bueno, eso no está sucediendo y sí, un poco más a tapar algunos agujeros que, lamentablemente, con la situación existen.
—En cuanto al dólar, ¿hubo algún movimiento peculiar en las últimas semanas?
—Los promedios diarios de compra estaban relativamente quietos, 300 mil dólares diarios. Bueno, cuando pasan estas cosas, a veces se duplican esos importes. En general esas compras no quedan, aunque se hagan por medios electrónicos, con banking y demás, es raro que queden en una caja de ahorro, en una cuenta a la vista en dólares. En general son compras que se hacen, al otro día se retiran por ventanilla. Hubo días en los que esos importes se duplicaron, pero ya se ha vuelto a estabilizar, por lo menos los últimos números que tenemos.













