







Luciano Barroso cumplía funciones en el estado y fue despedido. El joven aludió su salida a su actuación como corresponsal para el canal La Nación +, sobre el caso Machado. Y denunció en sus redes que lo dejaron sin trabajo «porque estuve en medios nacionales. El Gobierno explicó que la recisión de contrato fue «abandono de taras en horario de trabajo». El caso tomó relevancia pública y provocó el repudio del PJ.


«Partido Justicialista de la Provincia de Río Negro repudia enérgicamente el accionar del gobernador Alberto Weretilneck, quien decidió despedir al periodista Luciano Barroso de la planta del Estado en represalia por la cobertura del caso que involucra a Fred Machado, empresario vinculado al narcotráfico y con lazos directos con el oficialismo provincial de Juntos Somos Río Negro», expresó la dirigencia en un comunicado.
La situación -como todo lo vinculado al affaire Machado- cobró una fuerte notoriedad y trascendió las fronteras de Río Negro.
«El despido de Barroso constituye un grave atropello a la libertad de prensa y una nueva muestra del autoritarismo con que Weretilneck conduce el Estado rionegrino», alegó el PJ. Y agregó: «El nerviosismo que exhibe el gobierno provincial deja en evidencia su intención de silenciar voces para encubrir hechos de corrupción que alcanzan a ex funcionarios de su propio espacio político, como Claudio Ciccarelli, primo y presunto testaferro de Machado, quien ocupaba un cargo en el bloque que conduce Facundo López en la Legislatura».
El partido opositor también puso el foco en la campaña: «el gobernador -amparado en la impunidad judicial- continúa violando las normas electorales y malversando fondos públicos en campañas de propaganda personal y partidaria, utilizando los recursos de todos los rionegrinos y rionegrinas para sostener una imagen política cada vez más deteriorada».
«Estas prácticas no solo deterioran la calidad institucional, sino que profundizan la crisis de confianza entre la ciudadanía y sus dirigentes», subrayaron. «En momentos en que el país atraviesa una profunda desintegración social y económica provocada por el gobierno de Javier Milei, Weretilneck elige imitar esas mismas prácticas autoritarias y persecutorias que caracterizan al oficialismo nacional», dijeron.
Desde el Partido Justicialista de Río Negro advirtieron que «la democracia se defiende con pluralidad, transparencia y respeto por la libertad de expresión, no con persecución, miedo ni censura». «Los dirigentes deben estar a la altura de un pueblo rionegrino que sufre las consecuencias de las políticas de ajuste, la entrega de soberanía y la destrucción del Estado nacional», exhortaron.













