“Río Negro no escapa a situaciones que se repiten a lo largo de las provincias, situaciones de superpoblación en los espacios de detención». Así lo reveló Kevin Nielsen, comisionado del Comité Nacional para la Prevención de la Tortura, un espacio que depende del Senado de la Nación y que desde su creación, en 2017, ya hizo inspecciones en todos los distritos del país.
Una comitiva del ese organismo estuvo en la provincia la semana pasada. Concluyeron su recorrido el viernes. No solo visitaron las cárceles de Río Negro, sino que también mantuvieron reuniones en Viedma con el Superior Tribunal de Justicia, y el vicegobernador, Pedro Pesatti.
Tras la inspección, el Comité elaborará un informe sobre la situación observada y definirá si existen nuevas recomendaciones para hacer ante el Gobierno de la provincia.
“En muchas provincias la estancia en comisarías es muy prolongada y las condiciones en las que se cumple la detención no permite el acceso a derechos básicos y fundamentales, como por ejemplo la atención a la salud”, indicó Nielsen en diálogo con CNN Radio Roca. “Río Negro no escapa a situaciones que se repiten a lo largo de las provincias, situaciones de superpoblación en los espacios de detención. Esta es una problemática principal, lo que primero aparece cuando visitamos estas detenciones es la superpoblación”, subrayó.
El Comisionado dijo que “la saturación del sistema de encierro penal se vincula con el uso de institutos procesales como la prisión preventiva y la denegatoria de otros, como las medidas alternativas a la privación de libertad y los egresos anticipados. Esta situación, junto con otros factores, contribuye a la prisionización en exceso y evidencian una política criminal cuya permanencia a lo largo de los años consolida el crecimiento poblacional y, por consiguiente, el colapso de los sistemas de encierro”.
El trabajo del Comité no sólo se centra en las inspecciones para verificar las condiciones de cárceles, comisarías u otros espacios donde existen personas alojadas, sino que también alcanza a los sistemas de formación del personal de esas dependencias del Estado.
En ese contexto Nielsen destacó que “una de las herramientas principales para prevenir las graves violaciones de derechos humanos en estos contextos es la formación de las policías, de los servicios penitenciarios”. Y manifestó que la formación es, por ejemplo, en técnicas adecuadas del uso de la fuerza “para que no existan excesos y abusos en el uso de la fuerza pública”.
“Otro tipo de formación que damos es en perspectiva de género o en interculturalidad, es decir, cómo las policías lidian con detenidos o detenidas que están en una particular situación, por ejemplo, las personas que pertenecen al colectivo de la diversidad, las personas que a su vez sufren violencia en razón de género o las personas que pertenecen a comunidades indígenas o pueblos originarios”, amplió.