



La hormonización en menores de 12 años ha generado un intenso debate en la comunidad médica y entre los defensores de los derechos de las personas trans. Este tratamiento, que implica la administración de hormonas para alinear el cuerpo con la identidad de género autopercibida, ha sido objeto de diversas opiniones y regulaciones a nivel mundial. En este artículo, exploraremos los argumentos a favor y en contra, los aspectos éticos y legales, las experiencias de otros países y el impacto en la vida de los menores trans.


El Contexto Legal en Argentina
En Argentina, la Ley de Identidad de Género (Ley 26.743) permite que los menores de edad accedan a tratamientos hormonales con la autorización de sus tutores legales. Sin embargo, recientemente, el gobierno anunció modificaciones a esta ley, prohibiendo los tratamientos hormonales y las cirugías de adaptación del cuerpo en menores de 18 años. Esta medida ha generado reacciones encontradas entre los defensores de los derechos LGBTQI+ y las autoridades sanitarias.
Argumentos a Favor de la Hormonización en Menores de 12 Años
Los defensores de los derechos trans argumentan que la hormonización en menores es crucial para su bienestar emocional y psicológico. Según ellos, el tratamiento puede ayudar a reducir la disforia de género y mejorar la calidad de vida de los jóvenes trans. La disforia de género es una condición en la que una persona experimenta una incongruencia entre su identidad de género y el sexo asignado al nacer, lo que puede causar un profundo malestar emocional y psicológico.
La intervención temprana, sostienen los defensores, permite a los menores trans vivir de acuerdo con su identidad de género desde una edad temprana, lo que puede tener un impacto positivo en su desarrollo y bienestar. Además, argumentan que la hormonización puede prevenir problemas de salud mental más graves en el futuro, como la depresión y la ansiedad, que son comunes entre las personas trans que no reciben el apoyo y tratamiento adecuados. Estudios han mostrado que la afirmación de la identidad de género está asociada con una mejor salud mental y una disminución de los riesgos de suicidio en jóvenes trans.
Riesgos y Preocupaciones sobre la Hormonización en Menores de 12 Años
Por otro lado, los críticos de la hormonización en menores de 12 años señalan los posibles riesgos y efectos secundarios del tratamiento. La administración de hormonas puede tener efectos irreversibles en el desarrollo físico y emocional de los menores. Por ejemplo, el uso de bloqueadores de la pubertad puede afectar el crecimiento óseo y la densidad ósea, mientras que la administración de hormonas sexuales puede tener efectos en la fertilidad futura.
Además, los críticos argumentan que los menores de 12 años no tienen la capacidad de tomar decisiones informadas sobre su salud. La capacidad de los menores para comprender las implicaciones a largo plazo de la hormonización es limitada, y existe la preocupación de que las decisiones tomadas a una edad temprana puedan ser irreversibles y lamentadas en el futuro. Algunos estudios sugieren que una pequeña fracción de jóvenes que inician tratamientos de hormonización en la adolescencia posteriormente decide descontinuar el tratamiento y vivir con su sexo asignado al nacer.
Aspectos Éticos y Legales
El debate sobre la hormonización en menores de 12 años no solo se centra en cuestiones médicas, sino también en aspectos éticos y legales. La Convención sobre los Derechos del Niño y la Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes en Argentina establecen que cualquier intervención en menores debe considerar su interés superior y su capacidad progresiva. Esto significa que las decisiones sobre tratamientos hormonales deben ser tomadas con la participación activa del menor y con el consentimiento informado de sus tutores.
La toma de decisiones en la atención médica de menores de edad debe equilibrar la autonomía del menor con la responsabilidad de los padres y la intervención del Estado. En algunos países, como el Reino Unido y Estados Unidos, la hormonización en menores de edad ha sido objeto de escrutinio legal y regulatorio. En 2020, el Tribunal Superior de Justicia del Reino Unido dictaminó que los menores de 16 años no podían dar su consentimiento informado para el uso de bloqueadores















