







El fiscal federal de San Isidro, Fernando Domínguez, imputó a Javier Milei y a varios de sus funcionarios y allegados en una causa por amenazas contra la periodista Julia Mengolini. La investigación apunta a determinar si existió una coordinación desde el Gobierno para llevar adelante ataques en redes sociales y si se usaron fondos públicos para financiarlos. Entre los acusados también figuran la diputada Lilia Lemoine, el cineasta oficial Santiago Oría y el tuitero Daniel Parisini, conocido como “El Gordo Dan”.


El caso se originó tras la denuncia que Mengolini presentó contra Javier Milei y otros dirigentes libertarios por "amenazas, intimidación pública, malversación de caudales públicos, apología del crimen y asociación ilícita”. El expediente avanza en el Juzgado Federal de San Isidro, donde ya se ordenaron medidas de protección para la periodista y su familia, incluyendo custodia policial y un botón antipánico.
La denuncia incluye la difusión de un video manipulado con inteligencia artificial que mostraba escenas falsas y ofensivas, enmarcadas en una “campaña de odio” que la comunicadora atribuye a sectores oficiales. En su declaración ante la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados, Mengolini aseguró que son mentiras orquestadas "desde las más altas esferas del Estado” en su contra.
El fiscal Domínguez dispuso una serie de medidas para identificar a los autores materiales de las amenazas. Entre ellas, pidió a las empresas dueñas de redes sociales datos sobre el origen y la circulación de los posteos más agresivos, así como información de quienes los difundieron de manera masiva. También se investiga el uso de información falsa y su eventual coordinación desde despachos oficiales.
Mengolini sostiene que el propio presidente Javier Milei amplificó el contenido manipulado mediante retuits, lo que le dio mayor visibilidad y multiplicó las agresiones en su contra. “Soy víctima de una campaña de odio orquestada desde las más altas esferas del Estado nacional desde hace algún tiempo, con una persistencia que no termina nunca. Soy blanco de recortes de todo tipo que hacen de mí un personaje absolutamente extraño, siniestro, que todo el tiempo entra en contradicciones y genera repulsión y odio en las señoras que miran la tele”, sostuvo la periodista.

















