Guillermo Francos acusó a Franco Bindi de participar en la filtración de los audios y ratificó que es una estrategia política

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, sumó un nuevo capítulo a la polémica por la filtración de audios en el caso de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS). A través de sus redes sociales, el funcionario compartió un video en el que Gisela Robles, expareja y socia del abogado Franco Bindi, afirmó que él habría estado involucrado directamente en la obtención de esas grabaciones.

El funcionario, al acompañar el video con un mensaje sugestivo, reforzó la hipótesis de que los audios no fueron el producto de un accidente o una filtración espontánea, sino parte de una maniobra deliberada de cara a las elecciones bonaerenses y nacionales que están por darse. Esto lo escribió Guillermo Francos dejando entrever que detrás del escándalo existirían motivaciones vinculadas a la coyuntura electoral.

De esa manera, apuntó hacia Bindi, quien además de ser mencionado por su expareja, fue señalado por sus presuntos vínculos con estructuras de inteligencia y con el chavismo venezolano, en un entramado que todavía carece de pruebas concretas pero que alimenta el clima de sospechas. El político por un lado le dio respaldo a quienes dentro del Gobierno consideran que se trató de una operación en su contra y, por otro, instaló en la agenda pública esta figura y sus supuestas conexiones con sectores de poder ajenos al país.

Aunque las afirmaciones aún no fueron acompañadas de documentación oficial, el solo hecho de que el jefe de Gabinete las hiciera públicas otorga un peso institucional a la acusación. Para el Gobierno, el episodio sería una prueba de que existe un accionar coordinado para desgastar su gestión y condicionar su discurso, particularmente en áreas sensibles como la asistencia social y los programas para personas con discapacidad.

El respaldo de Guillermo Francos a la hipótesis de la filtración intencionada no solo compromete la figura de Franco Bindi, sino que también abre interrogantes más amplios sobre el uso político de operaciones mediáticas y judiciales. La pregunta que el propio funcionario dejó en el aire, "¿Y ahora?", sintetiza la tensión del momento: un Gobierno que se siente atacado y que se ve vulnerado en uno de sus peores momentos al aire.