El próximo lunes, 28 de octubre, YPF formalizará el primer traspaso de áreas a PECOM. El bloque Trébol-Escalante, ubicado en la provincia de Chubut, pasará oficialmente a manos de la operadora del Grupo Pérez Companc. El acto se llevará a cabo al mediodía en la base operativa de la zona transferida, donde se espera una amplia presencia de autoridades gubernamentales, sindicales y representantes del sector.
Entre los principales participantes confirmados están el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, junto a miembros clave de su gabinete, como el ministro de Hidrocarburos, Federico Ponce, y el secretario de Ambiente, Juan José Rivera. También estarán presentes figuras de primer nivel de YPF, con su presidente, Horacio Marín, liderando la delegación de la empresa. Desde el lado sindical, se anticipa una significativa movilización, con la participación de Jorge Ávila, representante de los Petroleros Privados, y Raúl Silva, de la Uocra.
Este traspaso es parte del ambicioso Plan “Andes” de YPF, que incluye la puesta a disposición de 30 áreas maduras para atraer nuevas inversiones que permitan revitalizar la producción en esos sectores. Si bien el bloque Trébol-Escalante será el primero en concretarse, la empresa estatal sigue en proceso de formalizar otras transferencias, entre las que se encuentra Campamento Central-Cañadón Perdido, también adjudicada a PECOM, aunque aún en etapas administrativas.
El objetivo es reactivar la actividad de una zona que experimentó caídas significativas en su producción en los últimos años, agravadas por el temporal de junio de 2024. PECOM asumirá la operación tras haber cumplido con los requisitos legales, incluidos los compromisos ambientales exigidos por la provincia. La nueva operadora deberá estabilizar la producción en los próximos meses, impulsada por una reciente medida que eliminó aranceles para la importación de polímeros, clave para optimizar la planta de recuperación terciaria en el área.
Uno de los aspectos clave del traspaso es el plan de saneamiento que deberá implementar PECOM. La provincia fue estricta en los requerimientos ambientales, exigiendo la clausura definitiva de los pozos inactivos y la evaluación del potencial de recupero en otros, con un plazo de 12 meses para definir cuáles serán reactivados y cuáles se abandonarán de forma definitiva. Este proceso es parte de una auditoría ambiental de cierre que ya fue presentada y aprobada por las autoridades locales.
Aunque la nueva operadora contará con un año adicional para completar su evaluación, la provincia solicitó información complementaria antes del acto del lunes, en la que se espera que PECOM especifique cuántos pozos serán abandonados durante 2025. Se aclaró que cualquier pasivo ambiental no declarado deberá incluirse en el plan de saneamiento, y que la responsabilidad por daños ambientales persiste para quien los haya causado, aunque el área sea transferida a otra operadora.
Este compromiso ambiental será central para asegurar la actividad en la región y garantizar el trabajo de las cuadrillas de perforación y saneamiento que movilizarán recursos para los pozos inactivos. Además, el plan incluye garantías para que el saneamiento no se considere cumplido hasta que todos los objetivos ambientales se hayan alcanzado.
El programa Andes de YPF abarca 30 bloques distribuidos en 11 clusters, de los cuales 10 pertenecen a Santa Cruz y algunos más a Tierra del Fuego. La empresa estatal dejó en claro que, a partir del 1 de enero de 2025, no tendrá presencia en ningún bloque convencional. Este proceso de desinversión busca optimizar recursos y potenciar áreas no convencionales como Vaca Muerta, dejando las áreas maduras en manos de nuevas operadoras que apuesten por tecnología y capital para revitalizarlas.
En conclusión, el traspaso de Trébol-Escalante a PECOM marca el inicio de una nueva etapa para la región, donde las expectativas de recuperación de la producción se combinan con la responsabilidad de un estricto cumplimiento ambiental. Las autoridades provinciales, junto a los gremios y operadoras, se preparan para lo que será el primer paso de una serie de cambios significativos en la industria hidrocarburífera del país.