Hay decenas de ejemplos y desde +P fuimos testigo de un caso puntual. El contexto es la góndola de un conocidísimo hipermercado de Neuquén. Allí el precio del azúcar más popular de Argentina costaba $1000 más que una de Brasil. La situación se dio durante los primeros días de diciembre y abrió una polémica entre los consumidores. ¿Qué se dijo? ¿Cómo se explica la diferencia de precios?
La presentación del azúcar proveniente del vecino país, en las estanterías del hipermercado generó asombro y confusión entre los consumidores, especialmente por las diferencias de precios. A principios de mes, el azúcar Ledesma se encontraba a más de $2000 en góndola, mientras que la de Brasil, costaba más $1000.
La sorpresa devino porque unos días después, los clientes verificaron que el azúcar marca Ledesma en su variedad superior en paquete de un kilo, había bajado de precio, a un valor menor que su competidor del exterior (marca União, una azucarera con 110 años de historia en San Pablo.).
Entre los clientes del comercio que se percataron de esta situación, hubo opiniones divididas. Mientras algunos bregaban por la “destrucción de la producción nacional”, otros opinaban que “durante años las empresas nacionales nos robaron con los precios”, como dos posturas contrapuestas, aunque igualmente válidas.
La economía que se va y la que viene
En diálogo con +P el economista Pablo Guido del observatorio de ACIPAN, la Asociación de Comercio, Industria, Producción y afines del Neuquén, aseguró que para analizar este fenómeno, se deben tener en cuenta entre dos y tres factores.
En primer lugar, según el especialista, “estamos viendo que la economía se está abriendo de a poco, se pueden importar productos que antes no se podían importar”, dijo y explicó que esto se da porque “antes había muchas restricciones, ya que el Banco Central no vendía dólares para importar productos”.
A su vez, Guido explicó la función del cepo como un mecanismo que describe como “un control cambiario que restringe la posibilidad de demandar dólares, para cualquiera que lo quiera hacer; no sólo tiene restricciones para flujo de capitales, sino para comprar productos” a la vez que Brasil transita una coyuntura en la que “devaluó su moneda un 25% en el último año” y que por este motivo “está abaratando sus productos”.
Este es uno de los factores que, según Guido, explica que, por ejemplo, el azúcar brasileño se encuentre a menor valor que el argentino. Por otro lado, el vecino país es el primer productor mundial de azúcar que se produce principalmente en la zona centro sur de Brasil.
“Una invitación”
Sin embargo, antes no eran común ver este producto en las góndolas argentinas y en este punto hay otro factor clave que, según el economista, es la duplicación de precios que sufrió nuestro país.
“En Argentina, el dólar está planchado y los precios se duplicaron; al estar los precios en dólares más caros que hace un año y al devaluarse Brasil, es una invitación a que vengan productos de otros países” afirmó el asesor de ACIPAN.
En nuestro país, “Las importaciones venían cayendo desde principios del 2023, y luego siguieron cayendo, pero en octubre de este año, hubo un repunte del 5%, luego una caída del 4,3% en noviembre”, en este sentido, es mucho menor la caída que antes.
Cuando la economía crece, para el economista, esto da como resultado que “las importaciones aumentan” aunque también influyen “la devaluación de Brasil y el encarecimiento de precios de Argentina”.
Economía cerrada vs. economía abierta
Según Guido, actualmente la discusión pasa por si el dólar está muy barato, “aunque el año pasado teníamos un dólar súper caro”. Y agregó que “antes teníamos gente viniendo a comprar a Argentina desde el Mercosur, ahora es al revés”, a la vez que remarcó que “no es normal en el mundo que los países vecinos vengan a comprar al súper y a cargar nafta” .
“Cuando el dólar estuvo caro la economía no funcionaba, hubo disminución de los salarios reales, mayor pobreza”, detalló sobre la coyuntura económica del gobierno anterior, y aseguró que lo que realmente se necesita es “bajar los costos de la producción al sector privado argentino, los costos tributarios, de logística, los financieros y los regulatorios”, aunque por ahora sólo se logró bajar el costo de la inflación, explicó el asesor.
Según Guido, la devaluación “solo genera beneficios a corto plazo, pero licúa salarios, entre otras cosas. No genera un bienestar general, solo para los protegidos” y esto, según él, tiene que ver con que la Argentina tiene “una economía cerrada, es una invitación a aumentar los precios locales”, dijo y que lo que vamos a ver (o ya estamos viendo) “es una mayor competencia” reforzó.
“La gente se va a enojar no solo con el azúcar (por el precio), sino con muchos otros productos que van a competir”, vaticinó.
Otra vez, la presión tributaria
Para el economista de ACIPAN “hoy cuatro o cinco sectores que están hiper protegidos” así se refirió a los rubros de automóviles, indumentaria y electrónica como los principales sectores que cuentan una fuerte protección frente a importaciones.
“Acá hay que decir algo importante, también es cierto que la presión tributaria que hay en Argentina, que es obscena, récord”, afirma De Guido y que, por este motivo, “la única manera que permite que la economía local sobreviva, es generando una protección arancelaria”.
Ejercicio mental
Guido nos invita a suponer que el primero de enero del 2025 tenemos una economía libre en nuestro país, “eso generaría una crisis en la producción argentina”, razona, por eso, “hay que bajar los costos que están fuera de las empresas” al referirse a los costos impositivos, logísticos y financieros. Y en este punto surge un nuevo problema: “si se bajan los costos al 100% habría una caída en la recaudación tributaria, y eso va en déficit fiscal, es un problema y el gobierno tendría que emitir”.
Entonces, ¿continuaremos encontrando productos importados en las góndolas que compitan en igualdad de condiciones con los nacionales? El tiempo dirá.