El movimiento de este domingo en la ciudad turística de Puerto Madryn es inusual a la de todo el año: la buena temperatura, una temporada de turismo todavía muy activa, y hasta un crucero de lujo amarrado a pocos metros. Señal para aprovechar. Pero nada logra torcer la idea de trabajar un domingo a la mañana. Salvo algunas excepciones, todos los comercios del corredor de la Avenida Roca estaban cerrados. Hasta los privilegiados puestos de artesanos estaban con sus tablones cerrados, con los curiosos caminando alrededor.
Los turistas, en su mayoría nacionales, deambulaban por las calles viendo vidrieras, más de uno con su valija en mano, seguramente disfrutando de sus últimas horas antes de volver a casa buscando algún regalo para llevar. Todos terminaban apostados en el murete de la rambla, mirando el mar.
Un kiosquero que también vende artesanías decía ayer una verdad: “No entraron muchos cruceristas”. Es un argumento cierto que repiten los comerciantes que no abren los domingos ni cuando hay cruceros. Pero lo cierto también es para qué van a bajar los turistas a recorrer Puerto Madryn si está todo cerrado ¿Lo único que puede ofrecer la ciudad turística son excursiones a ver pingüinos a 100 kilómetros?
Como se sabe, no es algo nuevo. Pero el malestar general es grande. Sucede que desde el Estado hay un fuerte despliegue y una organización sistemática para alentar al turismo. Sin ir más lejos ayer mismo había un importante número de policías cubriendo la zona para cuidar al turista. Lo llaman Plan Verano. Desde el Municipio se trabaja con constantes promociones de destino para que el turista llegue a la zona y le dé trabajo al sector privado. Hasta le destina un espacio privilegiado a artesanos y emprendedores, construyendo ferias a lo largo de la rambla.
La Administración Portuaria hace su parte en la logística de los barcos. Todo eso es esfuerzo y gestión para el negocio del comerciante madrynense. Pero los comercios se limitan a abrir en horarios que les son cómodos en lugar de ser un servicio al turista y también al vecino. ¿Tienen que desembarcar 2000 cruceristas para que justifique abrir un domingo? Alcanza con repasar situaciones del corto tiempo para saber que tampoco alcanza. De hecho más de una vez llegó el llamado de atención para la Cámara de Comercio, que prometió trabajar el tema. Incluso el reclamo llegó desde los cruceristas describiendo una falta de servicios generales cuando bajaban. Pero nada cambió ni parece cambiar.
Pero el problema en sí no señala solo a los comercios. Es una idiosincrasia que muchos madryneses seguramente ven cuando quieren salir a comer después de las 11 de la noche. O encontrar un lugar abierto cuando salen del cine. Situaciones que una ciudad turística, como sin dudas es Puerto Madryn, no puede permitirse.
Por lo pronto, la postal se repite: los turistas llegan a Madryn a sentarse y mirar el mar.
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