Tras las elecciones, los empresarios creen que el modelo económico debe recalibrarse

Actualidad03/09/2025
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La decisión del Gobierno de intervenir en el mercado para frenar la suba del dólar se coló en las charlas entre industriales en el 17° Coloquio de la Unión Industrial de Córdoba (UIC) en el Día de la Industria.

La decisión del Gobierno de intervenir en el mercado cambiario para frenar el alza del dólar se coló en las conversaciones empresarias durante el festejo por el Día de la Industria que se está desarrollando en esta ciudad en el Centro de Convenciones, en coincidencia con el 17° Coloquio de la Unión Industrial de Córdoba (UIC).

La noticia, dada a conocer por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, vía la red social X, no sorprendió a los industriales. La tensión cambiaria, en un contexto de tasas altas, que en las últimas semanas se agudizó producto de la crisis política que está afrontando el Gobierno, venía siendo observada por los hombres de negocios como una señal de creciente inestabilidad y debilidad del plan económico, especialmente de cara al escenario electoral.

La anunciada intervención, con dólares del Tesoro y, según fuentes del Gobierno, con el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI), fue considerada por algunos dirigentes como un hecho de pragmatismo por parte del equipo económico y se mostraron confiados en que puedan controlarlo durante los próximos dos meses, antes de los comicios.

"Demuestra que el período electoral impactó fuertemente en el mercado. Y que el Gobierno esté interviniendo para que no se transforme en una turbulencia financiera demuestra que son pragmáticos", dijo una alta fuente industrial.

Algunos empresarios creen que las altas tasas de interés son circunstanciales, como pregonan en el Gobierno, aunque también reconocen que comenzaron ya hace tiempo y las condiciones, en lugar de mejorar, se agravaron políticamente, lo que no ayudó a que se tranquilice el mercado. Y las tasas siguen elevadas. "Luego de las elecciones, el equipo económico va a tener que re-equilibrar las variables", dijo otro industrial.

"¿Se sostiene este esquema de tasas altas y dólar alto?", se preguntaba este lunes en la cena organizada por el coloquio otro empresario, al dudar sobre la marcha del plan económico en el actual contexto de turbulencia. "Esto explota. Termina con una devaluación", se animaba a arriesgar otro industrial, aunque con la esperanza de que éso no suceda por las consecuencias más negativas sobre la inflación y la actividad que ese desenlace podría tener.

Por su parte, otro dirigente advirtió que la política económica muestra volatilidad y que la intervención cambiaria aporta calma en el corto plazo, pero genera riesgos futuros por la escasez de reservas. Señaló que el Gobierno optó por gastar divisas para contener el dólar en lugar de acumularlas, y que esa decisión deja menos recursos para enfrentar los compromisos de deuda a comienzos del próximo año. A su juicio, hubiese sido preferible tolerar mayor inflación y ruido cambiario a cambio de fortalecer las arcas del Banco Central.

También planteó que el programa económico necesita una recalibración porque "no tiene dólares" y subrayó la necesidad de recuperar pragmatismo en la conducción monetaria. Explicó que será inevitable avanzar hacia un tipo de cambio más alto, encarecer importaciones y turismo, y recomponer reservas genuinamente, aun cuando ello implique tensiones en la actividad. Según sostuvo, este proceso solo será sostenible con acuerdos políticos que respalden los meses de ajuste que se avecinan.

La hora de las reformas

La agenda del 17° Coloquio de la Unión Industrial de Córdoba (UIC) está atravesada por la problemática que están sufriendo los industriales y que tiene que ver con la baja actividad, el alto costo para financiarse y el alto costo argentino, que hace que en el actual modelo económico las empresas tengan grandes problemas para competir.

Luis Macario, presidente de la UIC, abrió el evento, pasado el mediodía, y ante unas 900 personas que participan del coloquio, sostuvo que el país logró en el último año y medio avances significativos en materia económica, pero que aún resta un largo camino por recorrer.

Destacó la reducción de la inflación, el equilibrio fiscal, el superávit comercial y una baja en el riesgo país. Señaló además la normalización parcial del mercado cambiario, mejoras en la legislación laboral y simplificación de trámites burocráticos, lo que, según dijo, "muestra que la macro entró en una instancia de racionalidad". Sin embargo, advirtió que aún resta un largo camino y que sostener el equilibrio fiscal por un tiempo prolongado exigirá altas dosis de sacrificio.

Subrayó la necesidad de encarar de inmediato una reforma tributaria que alivie a quienes producen, ya que la actual estructura castiga a los generadores de empleo y desalienta la formalidad. También reclamó adaptar la ley laboral a los nuevos tiempos y facilitar el acceso al crédito productivo con tasas de interés razonables en un contexto de inflación más baja. "Cada peso invertido en la industria se multiplica en empleo, innovación y desarrollo", afirmó, y advirtió que ninguna reforma será viable si no cuenta con un amplio consenso social, político y productivo.

A su turno, Martín Rappallini, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), se refirió por su parte a la necesidad de mejorar la competitividad del sector fabril. Señaló que la industria argentina es un sector transable que compite en el mundo, y que las distorsiones locales se trasladan a los precios, deteriorando la capacidad de competir en igualdad de condiciones. Explicó que hoy la sociedad exige que los productos nacionales tengan la calidad y los precios de los internacionales, lo que obliga a las empresas a elevar sus estándares puertas adentro. Sin embargo, advirtió que este esfuerzo debe complementarse con políticas productivas del Estado que reduzcan el llamado "costo argentino".

Rappallini reconoció que el país atraviesa un proceso de reordenamiento macroeconómico, aunque aún persisten fuertes distorsiones, niveles de tasas de interés que desalientan la inversión y una velocidad de apertura que no resolvió antes los problemas estructurales. Planteó la necesidad de discutir en serio qué significa tener una política industrial y reclamó un sistema impositivo que premie a quienes invierten, generan empleo y exportan. En ese marco, presentó un "nuevo contrato productivo" como hoja de ruta del sector.

Del Gobierno, asistió al evento el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, jefe de Gabinete, quien remarcó que la Argentina atraviesa un "momento bisagra" en el que se contraponen modelos: uno que llevó al país a la decadencia y otro que, aseguró, abre un nuevo horizonte. Sostuvo que en menos de dos años el Gobierno logró estabilizar la macroeconomía y que si bien persisten inestabilidades en el sector financiero, la capacidad instalada creció del 54% al 58% y distintos sectores ya están invirtiendo en el país.

También admitió que no se pudo avanzar con la eliminación de muchos impuestos, pero remarcó que los que se redujeron no afectaron los recursos de las provincias. "El Gobierno tiene perfectamente presente y ha escuchado los mensajes que transmiten los industriales", dijo, y anticipó que habrá una segunda etapa de reformas una vez que se produzcan cambios en el Congreso. Al cierre, recibió de manos de Rappallini el nuevo decálogo productivo elaborado por la UIA.

El decálogo industrial

1. Institucionalidad y vínculo público-privado

El documento resalta que "el desarrollo productivo requiere un marco institucional sólido, basado en la seguridad jurídica, el respeto a los contratos y la devoción al orden democrático, la división de poderes y las instituciones republicanas". La UIA plantea que la previsibilidad y el respeto a las reglas son la base de la confianza para sostener políticas de largo plazo. Además, enfatiza la necesidad de un diálogo permanente con el Estado para definir y mantener estrategias industriales estables.

"Es fundamental un diálogo fluido entre el Estado y el sector privado, que permita diseñar y sostener políticas industriales de largo plazo, basadas en la confianza mutua y la previsibilidad", sostiene el texto. Este principio busca garantizar condiciones para la inversión y el crecimiento sostenido de la industria en un marco democrático y republicano.

2. Orden macroeconómico

El decálogo advierte que sin estabilidad resulta imposible proyectar. "La estabilidad macroeconómica, la baja inflación, el orden de las cuentas públicas y externas, la transparencia del Estado y su eficiencia operativa son condiciones esenciales para generar confianza". Según la UIA, esas condiciones son las que permiten atraer inversiones y ofrecer un entorno favorable tanto para el desarrollo industrial como para el bienestar social.

La visión es que el orden macroeconómico debe funcionar como pilar de todo el sistema productivo. El documento puntualiza que, sin un marco económico estable, no hay condiciones para sostener procesos de inversión ni para mejorar la competitividad de la industria en el tiempo.

3. Competitividad sistémica

La UIA recuerda que la industria nacional compite en el mercado global y que necesita reglas claras para hacerlo. "La industria argentina forma parte del sector transable de la economía: compite a diario con productos de otros países en calidad y precio. Por eso, es imprescindible nivelar las condiciones de competencia y eliminar la informalidad para reducir la competencia desleal".

El documento menciona como trabas principales el "costo argentino estructural", que incluye presión fiscal elevada, infraestructura deficiente, financiamiento escaso y caro, sobrecostos logísticos y brechas en la formación de capital humano. La UIA plantea que enfrentar estas distorsiones es clave para consolidar la competitividad económica, junto con inversiones estratégicas en energía e infraestructura.

4. Exportaciones e inserción internacional

El texto señala que "la integración al mundo debe ser una herramienta para el desarrollo, la atracción de la inversión y la generación de empleo y divisas". Para eso, se destaca el fortalecimiento del Mercosur y la firma de acuerdos con mercados estratégicos que permitan ampliar oportunidades de exportación.

También reclama cambios en la política tributaria vinculada al comercio exterior: "Es esencial eliminar impuestos distorsivos a las exportaciones, devolver tributos internos y asegurar condiciones simétricas de competencia frente a otros países". La UIA plantea que la política comercial debe estar al servicio de la producción, con reglas claras que eviten distorsiones.

5. Desarrollo federal equilibrado

El decálogo subraya que "la industrialización debe ser un proyecto federal. Ninguna región ni sector puede desarrollarse de manera aislada". La UIA impulsa una visión integradora que refuerce cadenas de valor y economías regionales.

El objetivo es reducir asimetrías y promover políticas que potencien las capacidades productivas de cada territorio. El documento propone una agenda de crecimiento donde todas las provincias puedan participar y aprovechar sus ventajas competitivas.

6. Modernización laboral

El documento plantea que el marco laboral debe adaptarse a los desafíos actuales. "Es imprescindible adaptar la legislación laboral a los desafíos del siglo XXI, reducir la litigiosidad, disminuir las cargas no salariales, promover la formalización y favorecer el aumento de la productividad interna de las empresas".

Según la UIA, la actualización de las reglas laborales debe darse siempre dentro del marco de respeto a los derechos de los trabajadores. El objetivo es que la modernización se traduzca en mayor formalización y en un aumento sostenido de la productividad.

7. Financiamiento productivo

El acceso al crédito de largo plazo es señalado como condición crítica para sostener el crecimiento. "La inversión industrial requiere acceso al crédito de largo plazo. Es crítico contar con instrumentos financieros accesibles para las empresas industriales en general y especialmente adecuados para las PyMEs".

De acuerdo con el documento, solo con financiamiento accesible podrán sostenerse procesos de transformación productiva, modernización tecnológica y generación de empleo. El texto enfatiza que el financiamiento productivo debe estar disponible en condiciones competitivas para todos los sectores.

8. Inversión en infraestructura y logística

La UIA resalta que "la mejora de la conectividad física es clave para la competitividad". Reclama obras estratégicas que reduzcan costos logísticos, integren territorios y faciliten el acceso a mercados internos y externos.

El decálogo agrega que también es fundamental fortalecer los servicios públicos esenciales, que condicionan el desarrollo social y territorial. Infraestructura y logística aparecen así como un pilar central para bajar costos y ampliar la competitividad de la industria argentina.

9. Capacitación, innovación y tecnología

El documento remarca que el conocimiento es hoy un factor insustituible para la competitividad. "Debemos invertir en educación técnica, formación continua y vinculación permanente entre universidades y fábricas". Además, subraya la necesidad de incentivar la innovación y la adopción tecnológica en los procesos productivos.

La UIA sostiene que "la educación técnica, la ciencia y la tecnología son pilares de la industria, ya no del futuro, sino del presente". Según el decálogo, esa vinculación con el sistema educativo es indispensable para aumentar el valor agregado y favorecer la inclusión laboral.

10. Compromiso con la ética y la sustentabilidad

Finalmente, la UIA plantea un principio vinculado a la responsabilidad social empresaria y al cuidado del ambiente. "Promovemos una industria responsable, comprometida con el ambiente, el desarrollo social y la ética empresarial".

El texto incluye además un llamado a la transparencia institucional, al diálogo intergeneracional y a la formación de jóvenes dirigentes y empresarios. Estos ejes son presentados como bases de una Argentina industrial moderna, orientada hacia la sustentabilidad y la ética en los negocios.

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