Tierra del Fuego: La Visita de Javier Milei a Ushuaia, eje geopolítico en el Fin del Mundo

Tierra del Fuego29/09/2025 Dihcar Labina
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La ciudad más austral del mundo se convierte hoy, una vez más, en el epicentro de la agenda geopolítica argentina, con la anunciada visita del presidente Javier Milei. Este viaje, que se da en el marco de una política exterior de fuerte alineamiento con Estados Unidos y las potencias occidentales, no es un mero acto electoral .

Si bien el objetivo explícito es brindarle apoyo total a los candidatos locales de La Libertad Avanza: Agustín Coto y Belén Monte de Oca para el Senado, y Miguel Rodríguez y Analía Fernández para Diputados. La meta de LLA es clara: aumentar su representación en el Congreso para asegurar la gobernabilidad y la aprobación de las reformas estructurales, que, según los candidatos, "impactarán de manera positiva en Tierra del Fuego" y consolidarán el rumbo adoptado por el Gobierno.

El propio Milei anticipó su presencia en redes sociales con el mensaje de batalla: "Nos vemos en Tierra del Fuego. A no aflojar. A no tirar el esfuerzo a la basura. ¡Viva la libertad carajo!".

,Así, la presencia de Javier MIlei sugiere un un movimiento calculado que resuena con los intereses estratégicos de Washington en el Atlántico Sur y la Antártida. 

La presencia del mandatario en la capital fueguina se lee como una reafirmación del proyecto de desarrollo de una Base Naval Integrada y de un centro logístico antártico, un punto clave que ha generado controversia y debate sobre la soberanía y el papel de Argentina en el mapa global.

Antecedentes Inmediatos: La General Richardson y el Giro Estratégico

La visita de hoy no es la primera del presidente Milei a Ushuaia en un contexto de cooperación militar con EE. UU. Un antecedente crucial y de alto impacto fue su viaje a la ciudad patagónica en abril de 2024, donde se reunió con la General Laura Richardson, entonces Jefa del Comando Sur de los Estados Unidos (SOUTHCOM). Aquella visita, que no estaba programada inicialmente, fue un gesto simbólico y político de gran calado.

En esa ocasión, el Presidente Milei, acompañado por el Ministro de Defensa, Luis Petri, utilizó el escenario de Ushuaia para destacar la importancia de "reforzar los lazos de amistad" con Estados Unidos y Occidente, en un discurso donde alertó sobre los peligros que, a su juicio, acechan a la civilización occidental, mencionando a "autocracias, fanáticos religiosos o del comunismo". Este alineamiento ideológico se tradujo en un anuncio concreto: la intención de desarrollar la Base Naval Integrada en Ushuaia.

El propio Milei señaló en esa oportunidad que esta obra "constituirá el puerto de desarrollo más cercano a la Antártida y convertirá a nuestros países en la puerta de entrada al continente blanco", y más tarde llegó a calificarlo como "el mayor acto de soberanía de los últimos 40 años" porque "nos avala el reclamo sobre la Antártida" y "es el primer paso para empezar a pensar en la recuperación de Malvinas" por la vía diplomática.

Estos dichos y la presencia de la General Richardson en Ushuaia no hicieron más que encender las alarmas entre analistas, políticos y diplomáticos que ven en el proyecto una posible pérdida de autonomía y una subordinación a los intereses militares de Washington, especialmente en una zona tan sensible y con potencial de ser un futuro foco de tensión geopolítica global.

La Importancia Estratégica de Ushuaia para Estados Unidos

La persistente atención de altos funcionarios estadounidenses en Ushuaia, incluyendo la visita posterior del Almirante Alvin Holsey, actual Comandante del SOUTHCOM, subraya el inmenso valor estratégico que Tierra del Fuego y el Atlántico Sur tienen para EE. UU.

La ubicación de Ushuaia, en el extremo sur del continente americano, la convierte en la puerta de entrada natural a la Antártida y en un punto de control vital sobre los pasos interoceánicos, como el Estrecho de Magallanes y el Pasaje de Drake. En un contexto de creciente competencia entre potencias globales, particularmente con China y, en menor medida, Rusia, el control o la influencia sobre estas rutas marítimas y el acceso al continente antártico son primordiales.

Acceso Antártico: La Antártida, con sus vastos recursos naturales (agua dulce, minerales) y su rol crucial en el sistema climático global, es un foco de interés futuro. Estados Unidos busca consolidar su posición en el marco del Tratado Antártico y, al mismo tiempo, proyectar influencia logística y científica desde el punto continental más cercano. Ushuaia ofrece esa ventaja geográfica, históricamente más explotada por Chile a través de Punta Arenas.

Control del Atlántico Sur: La región es clave para la vigilancia del tráfico marítimo, la lucha contra la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada (INDNR), y, fundamentalmente, la contención de la creciente presencia China en la región. Se ha reportado que EE. UU. busca activamente limitar la influencia china, lo que incluye el monitoreo de sus actividades de investigación y pesca. El proyecto de la Base Naval Integrada y la posible reactivación o colaboración en el uso de radares como el de LeoLabs cerca de Tolhuin, con capacidad de seguimiento espacial y bélico, encajan perfectamente en esta estrategia de vigilancia del dominio marítimo y aéreo.

Proyección de Poder: Para EE. UU., una infraestructura militar o logística compartida en Ushuaia, y el reforzamiento de los lazos militares con Argentina, como la compra de aviones F-16 y la participación en ejercicios como UNITAS, no solo moderniza las Fuerzas Armadas argentinas, sino que asegura un socio estratégico firme en el Hemisferio Sur y permite la interoperabilidad de sus fuerzas, consolidando una alianza que, para algunos, se asemeja a una "subordinación" o a una pieza en el tablero de la contención de China.

Soberanía y Debate Interno: El Riesgo del Tratado Antártico

La alineación con Washington en el Atlántico Sur no ha sido gratuita en el debate interno argentino. El proyecto de la Base Naval Integrada, aunque anunciado por el gobierno como una iniciativa argentina para el desarrollo logístico, es visto por algunos sectores políticos y diplomáticos como una cesión de soberanía o, al menos, como una hipoteca del futuro geopolítico del país.

Expertos y voces críticas han advertido que la instalación de infraestructura con participación militar o de seguridad de EE. UU. en Tierra del Fuego podría poner en riesgo el Tratado Antártico de 1959, que establece al continente blanco como una zona desmilitarizada, dedicada exclusivamente a la investigación científica y la paz. Aunque la Base se ubicaría en territorio continental argentino, el espíritu del tratado y la sensibilidad de la región son argumentos que se esgrimen para cuestionar la decisión, especialmente si se percibe un uso con fines de proyección de poder militar de una superpotencia.

Además, el debate se mezcla con la histórica y sensible cuestión de las Islas Malvinas. Si bien el presidente Milei argumenta que el alineamiento con EE. UU. es el camino para un futuro reclamo diplomático más fuerte, la presencia de un aliado clave de Reino Unido en el conflicto, y la posibilidad de que EE. UU. priorice sus propios intereses por sobre el reclamo argentino, genera profundas dudas sobre la efectividad de esta estrategia a largo plazo.

El Mensaje de la Visita Presidencial de Hoy

La visita del presidente Milei a Ushuaia hoy, tiene un claro propósito: enviar un mensaje contundente tanto a nivel interno como internacional.

Hacia afuera: Es una señal inequívoca a Estados Unidos y a Occidente de que Argentina es un socio fiable y comprometido en la estrategia de contención geopolítica. Es una forma de cimentar la alianza en el terreno, más allá de las declaraciones en Buenos Aires. Es la visualización de la determinación de avanzar con el proyecto logístico-militar en el "Fin del Mundo".

Hacia adentro: Busca reforzar la imagen de un liderazgo que toma decisiones estratégicas fuertes y que intenta colocar a Argentina en un papel protagónico global, aunque este pase por la subordinación de la política exterior a la lógica de bloques. Al mismo tiempo, el Gobierno deberá calibrar el discurso para mitigar las críticas sobre soberanía y explicar cómo la Base Naval Integrada servirá a los intereses nacionales, en términos de desarrollo económico local y de fortalecimiento de la posición argentina ante la Antártida.

En definitiva, Ushuaia no es solo un destino turístico para el presidente hoy, sino un tablero geopolítico donde Argentina juega una de sus partidas más importantes en décadas. El Atlántico Sur, con sus riquezas y sus desafíos, es el telón de fondo de una decisión que marcará la política de defensa y exterior del país por años, y que lo ubica de lleno en la mira de las grandes potencias mundiales. La construcción de la Base Naval, con o sin apoyo directo explícito de EE. UU., transformará la geografía política y militar de la región más austral, redefiniendo el papel de Argentina en el concierto internacional.

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