Brasil quedó muy conmovido en la jornada de ayer, ya que Lula da Silva tuvo que ser operado de urgencia en el Hospital Sirio-Libanés de São Paulo tras presentarse a medianoche en un sanatorio de Brasilia por un fuerte dolor de cabeza. Ahí determinaron que tenía un hematoma intracraneal, por lo que tuvieron que proceder a drenarlo.
En ese sentido, las autoridades sanitarias del nosocomio confirmaron que la intervención quirúrgica del presidente brasileño había sido un éxito y solo quedaba ver cómo evolucionaba con el paso de los días. Pasó la primera noche después de su internación y esta mañana emitieron un nuevo parte médico sobre el estado de salud de Lula da Silva.
El mandatario de 79 años “está lúcido, orientado, conversando y pasó bien la noche”, señaló el Hospital Sirio-Libanés de San Pablo. Asimismo, confirmaron cuáles son los pasos a seguir desde ahora, considerando que todavía tiene que seguir bajo los chequeos rutinarios.
"Evolucionó bien en el posoperatorio inmediato y sin complicaciones", anunció el mismo documento oficial sobre la salud de Lula da Silva y hasta la jornada de mañana permanecerá en la Unidad de Cuidados Intensivos para evitar cualquier incidente que pueda producirse.
Sin embargo, posteriormente a esta fecha, pasará a integrar una sala de cuidados normales como el resto de los pacientes que no corren riesgo. Esto será hasta el 16 de diciembre, fecha en la cual el jefe de Estado recibiría el alta para oficialmente salir del centro de salud paulista.
¿Por qué Lula da Silva sufrió esto?
Según comunicaron los especialistas, esto podría ser una derivación del golpe que sufrió en el mes de octubre cuando se cayó e impactó la parte trasera de su cabeza. Por ese suceso, tuvieron que suturar la herida y el mandatario canceló algunas reuniones importantes, como un viaje a Roma, aunque participó mediante videoconferencia.
La preocupación entre sus seguidores nació cuando afirmaron que el hematoma no fue en el mismo sector del golpe, aunque manifestaron que esto es totalmente normal y que no es un motivo para temer. Es la segunda vez que el mandatario es hospitalizado desde que volvió a ganar la presidencia ante Jair Bolsonaro.
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