El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió ayer castigos severos contra los acusados de planear un golpe de Estado en 2022 y aclaró que es necesario garantizar el amplio derecho de defensa.
Lula da Silva se refirió en específico a la detención el sábado del ex jefe de ministros y candidato a vicepresidente del ex mandatario Jair Bolsonaro (2019-2022), general retirado Walter Braga Netto.
Creo que el general Braga tiene todo el derecho a la presunción de inocencia que yo no tuve. Quiero que ellos lo tengan, que se cumpla la ley”, expresó el presidente brasileño.
“Pero si esta gente quiso hacer (el golpe) tendrá que ser castigada severamente. En este país ha habido gente que hizo el 10 por ciento de lo que ellos hicieron y murió en la cárcel”, agrego.
Braga Netto fue detenido el sábado por orden del Supremo Tribunal Federal, acusado de intentar interferir en las investigaciones que según la Policía Federal (PF) involucran a 37 personas, entre ellas al propio Bolsonaro por planear presuntamente un golpe de Estado a fines de 2022 y evitar la asunción de Lula da Silva a la Presidencia.
Según la acusación de la PF, el plan incluía privar de la vida a Lula da Silva, así como al vicepresidente Geraldo Alckmin y al entonces juez del Supremo Tribunal Electoral, Alexandre de Moraes, encargado ahora de la investigación.
“No es posible que aceptemos la falta de respeto a la democracia, no es posible que aceptemos la falta de respeto a la Constitución y no es posible que admitamos que en un país generoso como Brasil haya personas de alto rango militar tramando la muerte de un presidente”, dijo Lula da Silva.
El mandatario brasileño se refirió al caso, tras recibir ayer el alta médica luego de su operación el pasado 10 de diciembre por una hemorragia interna en la cabeza. Lula da Silva sostuvo que en 2026 cuando termine su actual mandato presidencial entregará un Brasil “reconstruido”.
El mandatario del país vecino fue operado por una hemorragia intracraneal derivada de un golpe que había sufrido hace dos meses.
Lula podrá retomar su actividad oficial este lunes, aunque los médicos le recomendaron mantener la exigencia a un nivel bajo durante los próximos quince días. El presidente de Brasil, de 79 años, expresó: “Estoy aquí, entero, volviendo a casa”.
Lula apareció de sorpresa en la conferencia de Prensa que se llevaba a cabo en el hospital de San Pablo donde estuvo internado, a cargo de sus médicos.
“Muchas gracias por las oraciones. Y, los que sólo tienen odio, quedan perdonados. Estoy aquí, vivo, entero y con más ganas de trabajar”, subrayó el presidente en sus redes sociales.
Lula da Silva reveló que está listo para volver a trabajar, aunque se asustó y tuvo miedo de morir a raíz de la hemorragia interna craneal por la que fue operado de urgencia.
“Nunca pienso que me voy a morir, pero tengo miedo”, dijo el mandatario brasileño al usar un sombrero que según explicó le sirve para no exhibir las heridas, además de mostrarse al lado de su equipo médico y de la primera dama, Rosángela da Silva.
El mandatario brasileño de 79 años, dijo que se llevó un “gran susto” con los síntomas y la urgencia con la que fue trasladado para la operación de emergencia del martes, condición que fue producto de un golpe en la cabeza el 19 de octubre pasado. durante un accidente doméstico.
“Me asusté de la cantidad de líquido que había en mi cabeza por el cual tuve que ser operado”, señaló el presidente. “Agradezco al equipo de médicos y enfermeros que me cuidaron no como un paciente y sí como un hermano”, dijo el fundador del Partido de los Trabajadores (PT).