







En su paso por La Rural, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, dijo que trabaja para reformar la Justicia. “El sistema judicial es el último reducto de la casta”, afirmó. El ministro relató: “Estoy estudiando qué ha hecho la Revolución Francesa con el sistema judicial”. Advirtió, no obstante, que no planea aplicar “todos los métodos de la Revolución Francesa”.


Sus declaraciones, que fueron el miércoles, encendieron en las últimas horas alarmas de constitucionalistas y entidades del mundo del derecho.
Sturzenegger criticó a la Justicia en una exposición en la que cuestionó una medida cautelar que frenó un decreto que desregulaba el cabotaje marítimo. En el Gobierno no precisaron hoy si Sturzenegger tiene en carpeta un proyecto concreto de reforma de la Justicia.
Tras la presentación del Ministro, el presidente de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, Andrés Basso, ante la consulta del diario La Nación, firmó “que el rol constitucional que tiene el Poder Judicial en un sistema republicano de gobierno, como el que nos rige, es justamente actuar como contrapeso de los otros poderes del Estado”.
“Se trata de un sistema democrático de frenos y contrapesos que tiene como finalidad evitar la concentración excesiva de poder en un solo órgano. Esa división de poderes resulta esencial en un Estado de Derecho” agregó, y advirtió que “ante decisiones judiciales que no se compartan, las mismas deben ser recurridas por los mecanismos y formas establecidas en la normativa vigente”.
El constitucionalista Pedro Caminos fue uno de los primeros en reaccionar a las declaraciones de Sturzenegger. En su cuenta de X, afirmó: “[Sturzenegger] Está a media cuadra de mandar un proyecto de ‘democratización de la justicia’ al Congreso”.
El plan de “democratización de la Justicia” fue un paquete de reformas que impulsó el kirchnerismo en 2013, que en gran medida fueron declaradas inconstitucionales. Una de las iniciativas consistía en limitar las medidas cautelares contra el Estado.
Como en la revolución francesa
“La referencia del ministro a la Revolución Francesa en el contexto de su crítica al Poder Judicial es, como mínimo, ambigua y preocupante”, dijo la jueza María Eugenia Chapero, presidenta Red de Mujeres por la Justicia.
“Es cierto que la Revolución trajo valores fundamentales como la igualdad ante la ley, el acceso a una justicia laica y la eliminación de privilegios estamentales. Pero también sabemos que durante el período del Terror, ese mismo proceso derivó en un colapso del debido proceso y en el uso de la justicia como herramienta de persecución política. No todo lo que vino con la Revolución fue justicia”, advirtió la jueza.
La cautelar criticada
Sturzenegger criticó puntualmente el fallo de la jueza del Trabajo Viviana Dobarro, que le provocó un nuevo revés judicial al Gobierno al suspender los efectos de una docena de artículos del decreto de necesidad y urgencia 340/2025, una norma firmada en mayo por el presidente Javier Milei y su gabinete que reformaba el cabotaje marítimo, permitiendo el uso de barcos extranjeros y tripulación extranjera en aguas argentinas.
“Un empresario de la única empresa que había quedado haciendo cabotaje puso la cautelar. Es una empresa que se llama National Shipping, con el patrocinio de Horacio Liendo como abogado. Y lograron básicamente pararnos, por ahora”, desafió el ministro.
En ese marco, reflexionó: “El sistema judicial es interesante. Resulta ser el último reducto de la casta. Ósea vos tenés privilegios que vas sacando. A veces los sacás con un decreto simple, no estoy hablando de un DNU. Y el sector privado se siente afectado en su derecho entonces va, listo, pide una cautelar y saca una cautelar”.
“Por eso estoy estudiando qué ha hecho la Revolución Francesa con el sistema judicial. Porque imagínense que la Revolución Francesa cuando llegó tenían un sistema judicial que a los nobles los trataba diferente [que] a la gente común”, dijo, y sumó con ironía: “Vamos a ver de avanzar sin usar todos los métodos de la revolución francesa”.
“No sé a qué se refería el ministro Sturzenegger”, afirmó el constitucionalista Sebastián Guidi. “Si quiso hacer un chiste acerca de decapitar jueces, desde ya me parece de mal gusto”, agregó.
“Asumo, sin ironía, que el ministro no podía estar refiriéndose al periodo conocido como ‘el Terror’, donde se instauró un ‘tribunal revolucionario’, sino a la filosofía jurídica de la revolución francesa: la ley la tiene que hacer el pueblo, a través de la asamblea, y los jueces tienen que ser ‘la boca que habla las palabras de la ley’. Los jueces no pueden gobernar”, dijo.
“Esa idea sigue dando vueltas hoy y muchos objetan que la Justicia obstaculice decisiones del Congreso, ya que éstas tienen una mayor legitimidad democrática por ser producto de la deliberación del órgano que representa a la voluntad popular. Lo paradójico es que, en este caso, se trataba de un DNU”, completó Guidi.

















