El problema de la corrupción vuelve a tomar protagonismo en la agenda política. Dos hechos revivieron esta semana la discusión sobre la transparencia en el sector público. A nivel nacional, el debate sobre el proyecto Ficha Limpia en el congreso. En Neuquén, la conformación de una comisión investigadora para diagnosticar la gestión de la vicegobernadora Gloria Ruiz. La transparencia en el manejo de los fondos públicos escala posiciones entre las demandas sociales y encuentra eco en las instituciones.
Como el Arum de Titán que florece cada diez años para desparramar fragancias nauseabundas, la preocupación sobre la moralidad en la política argentina asoma muy de vez en cuando en la agenda pública. Quizá por resignación social, el reclamo ante el mal manejo de los recursos públicos convive adormecido y mezclado con otros asuntos durante mucho tiempo. Solo de vez en cuando emerge y reclama protagonismo. Fue lo que ocurrió durante la última semana de noviembre.
En Neuquén, se conformó y comenzó a trabajar la comisión investigadora a cargo de informar posibles irregularidades en el manejo de los recursos que administra la tiutlar suspendida de la casa legislativa. Está integrada por los presidentes de bloque y tiene como misión informar todo dato que aporte a determinar la moralidad/inmoralidad de Gloria Ruiz. El trabajo demandará, máximo, treinta días hábiles. Acto seguido, la cámara de diputados podría dictaminar lo que parece inevitable: la destitución del cargo de la vicegobernadora.
A la denuncia que realizó el Banco Provincia de Neuquén sobre movimientos extraños en las cuentas del hermano de la vicegobernadora, se suman nuevas pesquisas: compra y venta de vehículos sobrevaluados, viáticos de dos millones de pesos diarios por viajes al interior y gastos difíciles de justificar. Sobre mojado, el tribunal de cuentas de la provincia, la última instancia de contralor sobre el accionar de los funcionarios del Estado, solicitó una vez más el acceso a “toda actuación administrativa sujeta al control externo” de la legislatura provincial. Un pedido que desde la asunción de Ruiz a la conducción del poder legislativo nunca había encontrado respuesta.
La defensa de Gloria…
Tras su primera reacción basada en el silencio, la vicegobernadora decidió hablar en público. El improvisado ensayo incluyó diversas aristas. Ruiz apela a su condición de mujer, a las diferencias que tiene con “las ideas” del gobernador e incluso, a un cierto tinte antidemocrático que guiaría la conducta de algunos legisladores. Pero no es lo que Gloria Ruiz expresa lo que aumenta las dudas. Es aquello que no dice lo que alienta nuevas sospechas. De lo único que la vicegobernadora no habla con nitidez y contundencia es aquello sobre lo cual está siendo “acusada”: el destino de los recursos públicos que administra, su ejecución, y la rendición de cuentas correspondientes. Explicaciones que casi no aparecen más allá de algunas generalidades.
La estrategia de la vicegobernadora ofrece claridad en un punto. Intenta empuja el debate hacia el terreno de la confrontación política. Pero el quid no reviste solo un escenario político y diferencias que podrían inscribirse en ese plano. Los esfuerzos por construir un contexto conveniente a su defensa esquivan con demasiada evidencia la esencia del problema y evitan las precisiones que la comisión investigadora, la justicia y sobre todo la sociedad neuquina necesitan: ¿En qué se gasta? ¿Cuánto se gasta? Y ¿Cómo se rinden los recursos de la población en la legislatura neuquina? Es allí, en esos grises discursivos, el lugar en el cual aparecen con mayor contundencia las debilidades de la estrategia trazada por la vicegobernadora.
Los días venideros echarán luz sobre el destino “de la vice”. Pero también y sobre todo dejarán, poniendo algo de optimismo, una buena noticia. Después de muchos años, el flagelo de la corrupción, la necesidad de control y la correcta administración de los recursos públicos obtendrán presencia en la política provincial. La gestión Neuquinizate, con el gobernador Figueroa a la cabeza, se encargan a diario en público y en privado de alentar esa cruzada. Un dato no menor, toda vez que la transparencia, exigida desde lo alto del propio poder político, augura por lo menos, una dificultad importante para quienes interpretan la política como una oportunidad individual a costa de todos.